Barcelona respira diseño, cultura y tradición. El viajero llega a la capital de Cataluña para apreciar sus magníficos edificios y descubrir los secretos que esconden sus calles, donde la historia convive con el arte.
Capital de la comunidad autónoma de Cataluña, Barcelona está organizada en diez distritos, por lo que podría decirse que se trata de un “trencadís”- aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos, habitual y característica de la arquitectura modernista catalana— de diez piezas que conforman un fresco vivo, palpitante y armónico. Desde las faldas del Tibidabo hasta el mar mediterráneo se despliegan diez Barcelonas que el viajero deberá descubrir para comprender una ciudad con dos mil años de historia, abierta al mundo, en la que conviven conocimiento, diversión, cultura, creatividad, tradición y vanguardia.
Para empaparse del modernismo que Barcelona tiene para ofrecer, el viajero comienza su primer día en la ciudad española a bordo del bus turístico con rumbo a la Sagrada Familia, donde descubre el riquísimo significado simbólico de la obra maestra de Antoni Gaudí. Justo delante, en la Avenida que lleva su nombre, se alza el “Recinte Modernista de Sant Pau”, un espacio para apreciar la obra del arquitecto modernista Lluís Domènech i Muntaner. Más adelante, en el Park Güell, observa la clave del juego gaudiniano entre naturaleza y arquitectura.
En 1883 Gaudí asumió el proyecto de la Sagrada Familia, que entonces compatibilizó con otras obras, pero en 1906 se instaló en la casa muestra del Park Güell proyectada por Francesc d’Assís Berenguer i Mestres, su amigo y mano derecha, ahora conocida como Casa Museo Gaudí. En 1914 el arquitecto decidió dejarlo todo para centrarse en este único proyecto hasta el día de su muerte, el 10 de junio de 1926, debido a un trágico accidente sucedido tres días antes. El cortejo de su féretro, que recorrió gran parte de Barcelona hasta la Sagrada Familia, fue un gran acontecimiento ciudadano, puesto que se despedía quien fue —y todavía es— el arquitecto más ilustre de Barcelona. Gaudí fue enterrado en la capilla de la Virgen del Carmen, en la cripta del templo.
En 1883 Gaudí asumió el proyecto de la Sagrada Familia. En 1906 se instaló en el Park Güell, en la casa muestra proyectada por el Francesc d’Assís Berenguer i Mestres.
A la hora de comer, el barrio de Gracia se convierte en una magnífica opción. Catalunya es un paraíso gastronómico, donde la cocina catalana es una sabrosa mezcla de patrimonio, producto, territorio, tradición, creatividad e innovación. A todo eso se suma un amor infinito a la cultura del buen comer. Ingredientes de proximidad y de temporada reflejan la inmensa riqueza del paisaje catalán: el mar, la montaña, la huerta y los bosques. De esa tradición nacieron recetas populares, como “escudella i carn d’olla” o “escalibada”.
Por la tarde, el viajero realiza una visita guiada por el “Passeig de Gràcia”, una de las avenidas más importantes de Barcelona y de Cataluña, y el “Quadrat d’Or”. Allí aprecia edificios como Pedrera y la Casa Batlló, ambos de Gaudí, y construcciones de otros arquitectos, como Domènech i Montaner y Puig i Cadafalch, en un recorrido que lo acerca a esta especie de museo modernista al aire libre.
La noche lo invita a disfrutar del carácter más moderno de la ciudad. Mientras cena en el Born, un barrio que combina maravillosamente el encanto medieval con los bares y restaurantes más “in” de Barcelona, el viajero contempla la magnífica catedral de Santa María del Mar.
Al día siguiente, es momento de perderse en el mercado de La Boquería. Ubicado en el corazón de La Rambla, fue escogido como el mejor del mundo en el Congreso Mundial de Mercados Públicos celebrado en Washington en el 2006. En Barcelona, los mercados invitan a disfrutar de un ambiente vivo y alegre en un entorno en que se mezclan los reclamos de los vendedores y el trajín del día a día. Una vez terminado el paseo, el viajero se deja seducir por algunas de las joyas arquitectónicas del Barrio Gótico, como la Catedral, el conjunto de edificios en la Plaza Nov”, el conjunto de edificios de la Plaza del Rey, los edificios civiles y políticos de la Plaza San Jaume, y el encanto medieval de los alrededores de la Plaza del Pí.
Por la tarde, el viajero recorre el norte de la ciudad a bordo del bus turístico. Como no podía ser de otro modo, su estadía en la ciudad concluye con la visita al estadio de fútbol del Barcelona, templo del deporte. ©
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