El edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, una de las obras
arquitectónicas más espléndidas de la Ciudad, se compone de dos construcciones
que se imitan exteriormente pero guardan diferencias en el interior.
San Telmo es uno de los barrios más antiguos y tradicionales de la Ciudad de Buenos Aires. El encanto de sus calles adoquinadas, las casas bajas, los patios con aljibes y los faroles que se encienden al atardecer transmiten la esencia de una Argentina remota. Basta un poco de imaginación para que de los bares y las tanguerías resurjan personajes del pasado.
Entre sus mayores atractivos, el barrio de San Telmo, que integra el Caso Histórico de La Ciudad, se destaca por conservar gran parte de su patrimonio arquitectónico. El actual edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, emplazado en la Avenida Paseo Colón 982/922, es una de las más imponentes obras arquitectónicas de la zona.
Mellizas a destiempo
El conjunto edilicio -actual sede del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca- es conocido popularmente como “Las Mellizas”, debido a que se compone de dos construcciones de características muy similares, aunque en un primer vistazo parecen calcadas. Si bien los edificios fueron diagramados en simultáneo, su construcción difiere en unos diez años.
Obra de los estudios Andrés Vanelli e Hijos y Kimbaun y Cía, “Las Mellizas” son símbolo de una época en la cual el Estado se caracterizaba por contar con edificios monumentales, similares a los palacios europeos. La República Argentina del siglo XIX veía a Europa, y en espacial a países como Francia, como el modelo a seguir.
El primero de los edificios –Avenida Paseo Colón 982– fue planeado como una nueva sede para el Asilo Nacional Nocturno de la Capital Federal, que en ese entonces funcionaba en la actual calle Perón 2471. Según un decreto firmado en julio de 1911, la mitad sur de la manzana, comprendida entre las calles Paseo Colón, Carlos Calvo y Azopardo, fue destinada la construcción de este albergue. El terreno dónde se emplazaría el edificio había sido ganado al Río de la Plata durante la ejecución de las obras del puerto de la Capital, por lo que la construcción debió contar con una cimentación de pozos y arcos, al igual que muchas otras de la zona.
El proyecto fue ideado por la Dirección General de Arquitectura, dependiente del ex Ministerio de Obras Públicas, con el objetivo de dar albergue a 25 niñas, 45 niños, 100 mujeres y 370 hombres sólo durante las noches.
Aunque ambas construcciones se imitan exteriormente, poseen varias diferencias. El primer edificio cuenta con un ascensor central, mientras que su mellizo posee dos ascensores y dos escaleras.
Al momento de realizar los planos del edificio, los aportes e indicaciones del Presidente de la Comisión de Asilos y Hospitales Regionales fueron de gran importancia. La obra contemplaba oficinas, comedores, baños, peluquerías, cocinas, depósitos, una casa para el administrador, enfermería, talleres, escuela y otros anexos. Además, incluían un lavadero y caballerizas independientes, -hoy Dirección de Producción Forestal y Direcciones dependientes de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura-.
El 21 de septiembre de 1912 fueron aprobados los planos del primer edificio, adjudicado a Andrés Vanelli e Hijos, pero el asilo nunca funcionó como tal, porque al inaugurarse el inmueble, en 1919, ya había sido asignado al Ministerio. El segundo edificio -Avenida Paseo Colón 922- fue inaugurado en 1929 y funcionó como dependencia de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) hasta 1938, cuando fue anexado al Ministerio de Agricultura a través del Decreto N° 102.093.
Estilo arquitectónico: similitudes y diferencias
Al vislumbrar el conjunto edilicio se pueden apreciar las influencias que el estilo neogótico francés dejó en ambas construcciones. El hierro, el hormigón y el mármol son grandes protagonistas de esta magnífica obra arquitectónica, que también posee algunos detalles de estilo Tudor y otros renacentistas.
Los planos se adecúan al esquema tradicional de planta cuadrada, con un patio central rodeado por corredores de circulación. El acceso central funciona como eje de simetría para dividir cada edificio en dos partes iguales.
En la fachada principal, compuesta por tres arcos Tudor sostenidos por pilares trabajados, se destaca un pórtico saliente. Las ventanas de la parte inferior del edificio se diferencian de las de la parte superior, pues las primeras cuentan con arcos Tudor y las segundas con arcos conopiales. Una cornisa, sostenida por ménsulas, le da unidad al edificio. La fachada del primero fue construida bajo el estilo Tudor con materiales importados directamente desde Francia, entre los cuales se destacan el ladrillo rojo, la pizarra y el revoque que imita la piedra. Si bien el frente del segundo coincide casi en su totalidad con el primero, se desconoce la procedencia de los materiales utilizados.
Aunque ambas construcciones se imitan exteriormente, poseen varias diferencias. La primera cuenta con un ascensor central, ubicado en el hueco de la escalera, mientras que su melliza posee dos ascensores y dos escaleras. Asimismo, el patio interno de esta última es menor dimensión que el de la primera.
Puesta en valor
Iniciándose durante el año 2010 y extendiéndose por dos años completos, el conjunto edilicio atravesó una profunda restauración. Esta ardua tarea fue posible gracias al trabajo realizado por el Programa de Recuperación y Conservación del Patrimonio Cultural, que utilizó material documental y fotográfico para llevar a cabo la puesta en valor del complejo sin cometer errores ni alteraciones.
Los patios centrales de ambos edificios fueron los primeros espacios intervenidos para su puesta en valor. Con el correr del tiempo, estas áreas se habían vuelto depósitos y habían perdido metros por la construcción de un taller en uno y de un conjunto de aulas en otro. Sus fachadas internas mostraban el deterioro y la suciedad de antaño, producto del abandono y la falta de mantenimiento, y estaban atiborradas de equipos de aire acondicionado.
Luego de que el estudio de los muros arrojara como resultado su color original, el Programa de Recuperación y Conservación del Patrimonio Cultural, junto con la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos (CNMMyLH), optó por unificar el color en un tono cercano al revoque original, reparar y unificar las aberturas, y retirar los equipos de aire acondicionado para remplazarlo por un sistema de ventilación/refrigeración central en el futuro.
Durante las obras también se descubrió que los pisos superiores no eran los originales, sino agregados posteriores. Tras la restauración y puesta en valor, los patios se convirtieron espacios públicos acogedores para uso exclusivo de los empleados del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Asimismo, los cateos de los muros del edificio de Avenida Paseo Colón 982 revelaron una pintura de impronta victoriana, colores subidos, sténciles y paños vibrantes. Ante tal descubrimiento, se decidió pintar las circulaciones internas con uno de los tonos originales. En la primera planta se creó un Piso Histórico, para el cual se encargaron copias del pavimento original -de calcáreo con un discreto motivo gótico- con el objetivo de recrear su aspecto original y así mostrar cómo lucía el edificio en el proyecto original. Además, en los muros de este sector se exhiben copias de fotografías de archivo de época y se incorporó un micro cine.
Gracias a la documentación gráfica, el equipo de restauradores rescató la iluminación original de algunos espacios del complejo. El cotejo con la documentación permitió determinar que muchas luminarias originales habían sido retiradas y reemplazadas con piezas sin valor.
En cuanto a las fachadas, se removieron las capas de pintura con el objetivo de recuperar sus colores originales. Asimismo, en materia de tecnología, se incorporó un sistema inteligente en el sector de recepción y se reforzó la vigilancia con cámaras y sensores.
Patrimonio cultural
En 2012 fue puesto en ejecución el Programa de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, a cargo del área de Patrimonio, destinado a proteger, recuperar y conservar el patrimonio cultural del Ministerio. El restaurador Iván Casime señaló que la parte cultural del Programa tiene por objeto “dar a conocer el patrimonio del Ministerio y generar un sentido de pertenencia en los empleados”, a través de distintas actividades culturales referidas al edificio, a la agricultura, la pesca o la ganadería.
Los encargados del área de Conservación y Restauración de Bienes Culturales realizan relevamientos con el objetivo de verificar la presencia de cada bien patrimonial y controlar los valores medioambientales del área en la que se encuentran. “Los relevamiento son inamovibles. Como no tenemos tecnología que tome la temperatura y humedad de cada oficina, lo hacemos cada tres meses por un tema estacional y lo vamos corriendo un mes a medida que van pasando los años, porque la idea es armar un registro que nos permita estudiar con mayor facilidad las distintas fluctuaciones a las que estuvieron comprometidas las mismas y poder entender posibles deterioros”, explicó Iván Casime en una charla con Metro.
El Programa no sólo busca restaurar y conservar las obras existentes, sino prevenir y evitar daños futuros para salvaguardar lo que, a fin de cuentas, es patrimonio de todos los argentinos.
La oficina 301, correspondiente a la Subsecretaría de Ganadería, es uno de los pocos espacios que aún conserva el mobiliario original y las obras de antaño, lo que permite trasladarse en el tiempo con sólo poner un pie dentro. En la habitación se conjugan distintos estilos mobiliarios que van desde una biblioteca Art Decó en madera de Roble con vidrios esmerilados, tiradores de bronce y cortinas de género en su interior, hasta el estilo Luis XVI encontrado en un sillón y dos sillas realizados en madera de Caoba, tapizados en cuero ecológico de color bordó.
El escritorio original es una de las piezas fundamentales que organiza despacho. Desde allí se tiene plena visión del espacio, iluminado mediante una araña de bronce labrado con doce tulipas de alabastro, que cuelga imponente desde el techo.
El piso de pinotea y el tono claro de las paredes le confieren un aire acogedor a la habitación. En uno de sus muros se exhibe un óleo sobre tela -”En el corral” de Luis Tessandori-, donde se observan tres cabezas de ganado pastando dentro de su corral. Sobre una mesa pequeña, relegada a uno de los rincones del cuarto, se exhibe la escultura titulada “Galope” de Eddie Torre. La obra, realizada en láminas de hierro ensamblado por medio de soldadura, muestra un caballo encabritado que toma impulso para lanzarse al galope. También se conserva la copa del Gran Premio Internacional Carlos Pellegini 1962, realizada en por Edward Barnard & Son Ltd. en Plata 925.
Luego de la puesta en valor, la sala pasó a denominarse Despacho Histórico, ya que se mantiene intacta, como si estuviese detenida en el tiempo. ©