Chill Room busca transmitir una sensación de descanso y tranquilidad en el espectador, proponiendo una experiencia de distensión visual y mental.
La arquitecta María Beatriz González Zuelgaray y la diseñadora Bea Palacio crearon este espacio de relax alejado del tradicional playroom. Este “Chill Room” como ellas lo llamaron, está conformado por tres espacios en uno, desglosado en un espacio principal de estar y dos menores, resignificados como escritorio uno y laboratorio de café el otro.
El concepto de flexibilidad y relax se materializa en el diálogo entre los materiales elegidos, y la selección tanto de muebles como de objetos y diseño lumínico. Se buscó generar un espacio integrado, en el cual la atmósfera que se respire sea teatral y transporte al visitante a un estado de ilusión y tranquilidad.
El revestimiento de piso, pared y cielorraso de tablones de madera (Patagonia Flooring) genera la unidad entre los tres planos otorgando continuidad espacial y visual.
Armado sobre la base de colores neutros, la madera se acompaña por blancos en el sofá, superflexible, de 4.50m de largo armado en módulos separables y múltiples almohadones, concretándose así la idea de flexibilidad y relax.
Blanca también es la pared de fondo que aloja una consola de madera teñida de negro coronada por un conjunto de grandes ramas y hojas verdes.
Completan el estar dos mesas bajas frente al sofá con la misma estética y dos sillones individuales con estructura de caño y asiento de cuero.
El concepto de flexibilidad y relax se materializa en el diálogo entre
los materiales elegidos.
Negras también son las cortinas de tablillas regulables que tamizan la luz exterior, junto a sendas roller de gasa blanca.
El escritorio vibra de color, las pinturas de Angeles Gollan dibujan un panorama tropical y atraen la naturaleza al interior. La luz cuasi teatral -lograda con artefactos embutidos de led- coronan una obra donde cada objeto es protagonista.
“Me siento totalmente representada con la elección de cada cosa. No puedo poner algo ajeno a mí, y a Bea le pasa lo mismo, por suerte coincidimos y compartimos la pasión”, cuenta María Beatriz que ideó el espacio junto a su hija, Bea, con quien disfrutó de varios almuerzos durante el proceso. “Algunas obras son de mi hermana, trabajo con mi familia y me encanta”, confiesa con una sonrisa.
A partir de una serie de focos colocados en altura, se proyectan una serie de conos de luz a lo largo del espacio. Estos conos de luz buscan revelar la forma de todo lo que está en escena, a través de una composición de luz que pueda cambiar tanto la percepción del espacio como del tiempo.
Tanto los artefactos de luz como las lámparas de pared de brazo largo regulable aportan dinamismo y flexibilidad al entorno.
Tanto el escritorio como en el Laboratorio de café se revistieron con empapelado color vison, y una pared de espejo.
Dos lámparas de techo también de brazo regulable están focalizadas en las zonas de trabajo, escritorio y mesada de Dekton Spectra.
Chill Room es un espacio que busca transmitir una sensación de descanso y tranquilidad en el espectador, proponiendo una experiencia de distensión y relax visual y mental. Planteado como una puesta con rasgos escenográficos y teatrales, como un juego entre lo material y lo inmaterial generado por las luces y sus sombras proyectadas.
Como broche de oro, un laboratorio de café ocupa una de las puntas de la sala, y despide a los visitantes con granos del mundo para disfrutar de un merecido break. ©
Espacio
28
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Expositores
Arq. María Beatriz
González Zuelgaray
Diseñadora Bea Palacioura
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Nombre
Chill Room
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