El nuevo spa de Alpin Panorama Hotel Hubertus fue creado por el estudio de arquitectura noa* emulando un pueblo al revés.
Existen pocos límites para la creatividad arquitectónica. Y aunque desafiar la gravedad podría parecer uno de ellos, el hotel Alpin Panorama Hubertus ha demostrado recientemente que todo es posible con su nuevo spa invertido, que flota boca abajo a unos 15 metros de altura.
En el corazón de Olang, en el norte de Italia, y más precisamente en el Alpin Panorama Hotel Hubertus, encontramos un nuevo spa con vistas a los Dolomitas cuyo objetivo es que logremos alcanzar la máxima desconexión… y fascinarnos con su mundo al revés.
El proyecto Hub of Huts, también conocido como “Centro de cabañas: el pueblo al revés”, ha dado forma a una plataforma suspendida ideada por el estudio noa*, quienes se han encargado en 2016 de llevar a cabo un ambicioso proyecto de renovación y ampliación del hotel, con la piscina convirtiéndose en el hito del lugar.
“Empezamos desde donde lo dejamos en 2016. Pensamos que no sería fácil relacionarse con un edificio que ya había encontrado su símbolo en la piscina, y sin embargo fue allí donde nació la inspiración. Observando el paisaje circundante reflejado en el agua tuvimos la idea de jugar con los horizontes, con el sentido de arriba y abajo”, menciona Lukas Rungger, uno de los fundadores de noa* y arquitecto líder del proyecto.
Para su reciente encargo Hub of Huts, la firma creada por Stefan Rier y Lukas Rungger se ha propuesto mantener una distancia considerable del edificio principal, erigiendo un pueblo de montaña compuesto por micro cabañas con tejado que se sitúan tanto en posición vertical, como así también en sentido boca abajo.
“La estructura está ante todo suspendida, flotando a 15 metros del suelo. Una importante estructura de acero soporta esta ligereza. Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es la ambivalencia entre el dinamismo que se percibe desde el exterior y la calma de los espacios interiores, en los que el acristalamiento que se abre al paisaje permite celebrar el entorno y los estados de ánimo del valle”, menciona Rungger. El arquitecto y fundador de noa*, reconoce que la inspiración le llegó a través del elemento del agua. Reflexionó sobre todas las posibilidades que ofrece, como pasearse, sentarse, nadar, flotar, bucear boca abajo.
Uno de los aspectos más interesantes del proyecto es la ambivalencia entre el dinamismo que se percibe desde el exterior y la calma de los espacios interiores.
Cada una de estas acciones variaba la posición del horizonte, “y de este juego nació la idea, en la que, dependiendo de dónde estés en el spa, la perspectiva cambia constantemente”, explica.
De acuerdo a la firma de arquitectura con sede en Bolzano y Berlín, uno de los grandes desafíos estructurales estuvo relacionado con el montaje asimétrico, incluyendo una compleja asignación de compartimentos técnicos ocultos en el interior de las casas.
Así es que al hotel conformado por habitaciones, suites, restaurantes y una piscina exterior digna de las postales más evocadoras, ahora se le añade el espacio llamado Heaven & Hell Sky Spa.
Los visitantes podrán adentrarse en la zona de bienestar a través de una pasarela suspendida, que al mismo tiempo se abre a la zona de descanso de la nueva construcción, con capacidad para hasta 27 personas.
En Heaven & Hell Sky Spa es posible dejarse llevar por el encanto de dos bañeras de hidromasaje, dos duchas panorámicas y un vestuario en la planta superior.
La planta inferior, por otra parte, es una zona desde la que se accede a la sauna suave, la sauna finlandesa, una cabina de ducha, una ducha de niebla helada y una tercera piscina exterior. Allí, de hecho, el horizonte sufre un giro de 180º y las cabañas parecen estar ancladas al revés.
El nivel inferior de la plataforma provoca una sensación de extrañeza, se siente como un descenso al centro de la tierra.
“El nivel inferior de la plataforma provoca una sensación de extrañeza en el observador. A medida que se desciende, la temperatura aumenta y el entorno se vuelve más protegido. Se siente como un descenso al centro de la tierra, con los polos invertidos”, añade Gottfried Gruber, el arquitecto que supervisó el proyecto.
Si es necesario un momento para refrescarse en el spa de Alpin Panorama Hotel Hubertus, la sala de hielo será el sitio indicado, entre grandes ventanales que se extienden del suelo al techo.
El acceso a todas las comodidades del hotel es exclusivo para sus huéspedes. “Y sólo para un mínimo de 7 noches”, matiza Gasser. Además, su programa de actividades cubre exactamente este periodo de tiempo. “Es la duración ideal de la estancia para descubrir el proyecto y toda su naturaleza de forma sostenible”, indica.
Sin duda, el sitio perfecto para encontrar relajación tras un día de caminatas y recorridos por los diferentes lugares de la región.
El precio medio por persona para alojarse en él es de 1.820 euros por semana, por lo que, en este caso, habrá que dar vuelta los bolsillos. ©
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