La tendencia que será norma en el futuro.
El paso del tiempo, el desarrollo de nuevas tecnologías aplicadas al trabajo, el crecimiento urbano y poblacional junto a la necesidad del cuidado del medio ambiente fomentaron una necesidad que obligó a repensar las relaciones laborales y las formas de trabajo. De esta manera nos orientamos a lo que hoy conocemos como la migración del empleo en sectores correspondientes a nuestro empleador a un ambiente que nos corresponde y nos hace sentir más cómodos denominado “trabajo en casa” o ”home office”.
El conocido “trabajo remoto” de la actualidad tiene sus orígenes en Estados Unidos en la década de 1970. La causa de su nacimiento fue como recurso a la Crisis del Petróleo vigente en ese momento y, debido a la escasez de combustible, se tornaba muy difícil el traslado diario de los trabajadores a su área de encargo. Fue así como surgió la necesidad de, en la medida que su actividad lo permitiese, la posibilidad de darle a los trabajadores la realización de su labor en sus propios hogares.
El ejemplo a nuestro país llegó junto con la pandemia y la situación de emergencia sanitaria por el Covid-19. Si bien el trabajo remoto ya existía como tendencia incipiente, el virus impulsó una aceleración de la digitalización en los ámbitos laborales de diversas actividades.
La pandemia cambió el paradigma social y laboral. Las personas empleadas debieron adaptarse a las nuevas modalidades y las empresas, reconvertirse, para llevar adelante las tareas, funciones y servicios en entornos seguros.
El trabajo en casa es una tendencia creciente que aporta beneficios de sustentabilidad tanto para las empresas como para los profesionales.
Según un estudio del gobierno argentino denominado “Evolución del trabajo remoto en Argentina desde la pandemia” se confirma que, en cuanto a la brecha de género, se evidenció un impacto diferencial entre varones y mujeres muy vinculado al sector económico donde se encuentran empleados/as. A su vez, la reconversión al teletrabajo también fue dispar entre las regiones del país, aunque su expansión se dio en todas ellas. Finalmente, las desigualdades en los niveles educativos formales también reflejaron ventajas y dificultades en la posibilidad de realizar trabajo remoto.
El Congreso de la Nación aprobó el régimen legal de contrato de teletrabajo (Ley Nº 27.555), el cual fue reglamentado a través del decreto Nº 27/2021. Asimismo, a través de la Ley N° 25.800 nuestro país ha ratificado el Convenio N° 177 de la OIT sobre trabajo a domicilio, donde se hace referencia a todo tipo de trabajo a distancia.
Ventajas del trabajo remoto
El trabajo en casa o en cualquier lugar diferente a la oficina o lugar correspondiente al empleador es una tendencia creciente que aporta beneficios de sustentabilidad tanto para las empresas como para los profesionales.
– Ahorra tiempo de viaje y costos del mismo. La mayoría de los empleos son alejados del domicilio por lo que se suma más de dos horas de traslado a las horas oficiales.
– Optimiza el tiempo de trabajo, por lo antes mencionado.
– Favorece la disminución de tránsito, las congestiones en el transporte público y las emisiones de carbono.
– Disminuye la tasa de ausentismo laboral.
– Busca incrementar la productividad. Según una encuesta de Adecco Argentina, 6 de cada 10 trabajadores argentinos afirman que trabajan más relajados desde su casa que en la oficina. Trabajar remoto da mayor independencia y libertad, y así, creatividad.
– Facilita la continuidad laboral del trabajador luego de sus licencias por maternidad y/o paternidad.
– Incrementa la calidad de vida ya que, además, mejora la alimentación y ayuda a disminuir el sedentarismo diario.
– Las empresas consiguen reducir sus gastos de infraestructura y ahorran energía.
La llegada de la Revolución Industrial, con sus fábricas y producción a gran escala, marcó la gran necesidad de reunir a los obreros y trabajadores en un mismo espacio de trabajo.
Antiguamente, lo que hoy denominamos “home office”, era la norma. Es decir, todos los trabajadores como ser costureras, zapateros, carpinteros tenían el trabajo en sus casas.
Fue a partir de la llegada de la Revolución Industrial con sus fábricas y producción a gran escala que surgió la gran necesidad de reunir a los obreros y trabajadores en un mismo espacio de trabajo.
Fue recién en el año 2001 cuando se creó la Asociación Argentina de Teletrabajo, entidad que tiene como fin democratizar la información vinculada al Teletrabajo, acortar la brecha digital, acercar la perspectiva de género sobre el trabajo remoto, potenciar la participación de todos los individuo interesado en teletrabajar y colaborar con el cambio para lograr un mundo más equitativo.
En 2008, el Ministerio de Trabajo de la Nación e YPF firmaron el primer convenio de teletrabajo en Argentina, convirtiéndose así en la primera empresa nacional de energía en inscribirse al Programa de Promoción del Empleo en Teletrabajo (PROPET).
Trabajo híbrido
Hoy en día muchas empresas tienen establecido un modelo de empleo que combina el mundo digital en el hogar y la presencialidad en la oficina. Ésta es una de las modalidades más populares del mundo empresarial del presente y se denomina “trabajo híbrido”.
La asistencia física a los lugares de trabajo sucede algunos días de la semana, de acuerdo a las facultades de organización de cada empleador y, los demás, de forma remota.
Hoy en día son muchas las empresas que tienen establecido un modelo de empleo que combina el mundo digital en el hogar y la presencialidad en la oficina.
Este tipo de organización que combina herramientas digitales con formatos laborales tradicionales utiliza tecnologías de la información y de la comunicación (TICs) provistas por la empresa y están diseñadas específicamente para el cumplimiento de las tareas correspondientes.
El trabajo híbrido debe permitir al trabajador continuar con sus actividades y no solamente cumplir con algunas en las oficinas y con otras en su domicilio.
Es de suma importancia entender que las personas que trabajan bajo la modalidad de teletrabajo, ya sea 100% remoto o híbrido cuentan, y deben contar, con los mismos derechos y obligaciones que las personas que trabajan de forma presencial. Como ser la remuneración, los horarios, licencias, servicios y beneficios.
En el futuro se espera que tanto las grandes como las pequeñas empresas realicen una parte importante de sus actividades empresariales sin la necesidad de instalaciones físicas. ©
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