Es un momento histórico para París, que muchos creían que nunca iba a ocurrir. Desde hace un siglo está prohibido bañarse en el Sena, y desde hace tiempo los legisladores franceses aspiran a que el río esté lo bastante limpio para hacerse una linda foto política.

Esta operación de limpieza se ha convertido en la pieza central de lo que París llama «los Juegos más ecológicos de la historia», y se espera que el legado de este esfuerzo perdure, ya que tras los Juegos se abrirán tres zonas públicas de baño.
París ha emprendido un ambicioso proyecto para limpiar el río Sena con miras a los Juegos Olímpicos que comenzarán este viernes 26 de julio. Este esfuerzo monumental busca no solo mejorar la calidad del agua, sino también revitalizar uno de los íconos más emblemáticos de la ciudad. A pesar de los desafíos, las autoridades han implementado diversas estrategias, desde la modernización de plantas de tratamiento de aguas residuales hasta campañas públicas de concientización.
La limpieza del río Sena es crucial para la llegada de turistas por varias razones. En primer lugar, un Sena limpio mejora la imagen de París, presentándola como una ciudad comprometida con el medio ambiente y el bienestar de sus visitantes. Además, un río libre de contaminación permite la realización de actividades recreativas y deportivas en sus aguas, lo que incrementa el atractivo turístico. También, la limpieza del Sena contribuye a la salud pública al reducir riesgos asociados con el agua contaminada, ofreciendo una experiencia segura y agradable para quienes visitan la ciudad y por último, es esencial que el agua esté limpia para la apertura de los próximos JJOO que se avecinan ya que París tendrá muchos turistas que vienen a presenciar este evento deportivo.
El río Sena de París será protagonista en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del verano europeo 2024 tras un ambicioso proyecto de limpieza. Este esfuerzo, que ha costado 1.500 millones de dólares, busca restaurar la calidad del agua del río, que ha sido foco de contaminación durante siglos.


A pesar de la inversión y la modernización del sistema de alcantarillado iniciada en 1991 tras una legislación de la Unión Europea, pruebas realizadas hace un tiempo habían demostrado niveles peligrosos de bacterias en el agua, según declaraciones de las autoridades parisinas en una conferencia de prensa. Sin embargo, los organizadores mantienen la esperanza de que los Juegos Olímpicos marquen un cambio significativo para el Sena.
Hace unos días, para demostrar que el Sena ya está limpio, la alcaldesa de la ciudad desciende por una escalera en las aguas azul-café del Sena. Al cabo de unos segundos, una vez que el traje de neopreno de Anne Hidalgo está completamente sumergido, se pone unos pequeños anteojos oscuros y sumerge la cara bajo el agua, demostrando a los fotógrafos y a las cámaras de televisión que la siguen en barco, que cree que esta agua está limpia.
Pierre Rabadan, teniente de alcalde encargado del deporte, los Juegos Olímpicos y el Sena, destacó que el objetivo es un “legado olímpico” que permita a los parisinos nadar en el río. La calidad del agua ha mejorado desde que se inició un plan concreto en 2015, que incluye conectar más de 23.000 residencias y casas flotantes al sistema de alcantarillado para evitar el vertido de aguas residuales sin tratar en el río.

La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, que tendrá lugar el viernes 26 de julio, se llevará a cabo por primera vez fuera del estadio olímpico en el río Sena ante cerca de 600.000 espectadores, según anunció el Comité Organizador de París 2024.
El proyecto no solo es un asunto de saneamiento sino también de revitalización urbana. La península que almacenaba carbón es ahora un parque, y los muelles se han transformado en espacios culturales. La Autoridad Sanitaria del Gran París ha sido clave en estas mejoras, modernizando infraestructuras esenciales como la planta de tratamiento de Sena Aval.


La posibilidad de bañarse en el Sena es simplemente un espectáculo secundario, una compensación a los parisinos por el uso de una enomre cantidad de fondos públicos para llevar a cabo un proyecto tan ambicioso de restauración del río más romántico del mundo. El objetivo real es proteger una fuente de agua potable y ayudar a que la vida vuelva al río, para que los peces, como el famoso siluro parisino, puedan seguir prosperando.
Sandrine Armirail, directora de la Maison de la Pêche et de la Nature, destacó que la diversidad de especies de peces ha aumentado notablemente, lo que refleja una mejor calidad del agua. Este progreso es el resultado de décadas de esfuerzos y modernización de las redes de saneamiento.
No obstante, aún persisten desafíos. En agosto del año pasado, se cancelaron pruebas de natación debido a niveles altos de contaminación tras lluvias intensas. La ciudad continuará trabajando en la mejora de las condiciones del río para asegurar su uso durante los eventos olímpicos y para disfrute público a largo plazo.
En conclusión, París ha realizado un esfuerzo significativo para limpiar el río Sena de cara a los Juegos Olímpicos de 2024, implementando medidas integrales que abarcan desde mejoras en infraestructuras hasta campañas de concientización. A pesar de los obstáculos, estos esfuerzos han comenzado a mostrar resultados positivos, con una notable mejora en la calidad del agua y el potencial de transformar el Sena en un espacio recreativo seguro y atractivo para residentes y turistas. Este proyecto se posiciona como un ejemplo de compromiso urbano con el medio ambiente y la salud pública. ©

TXT I Fotos: Prensa


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