Nomadland . LVDV

La vida nómade de una pareja que dejó todo en búsqueda de un sueño. La Vida de Viaje no solo es una página para cicloturistas, sino también la historia de Jimena y Andrés en primera persona.

La búsqueda de la libertad fue los que nos inspiró”, expresa el fotógrafo y realizador audiovisual Andrés Calla, quien junto a su pareja Jimena Sánchez hace casi 10 años comenzaron una aventura que se convertiría en su modo de vida.
La Vida de Viaje es una página donde se puede encontrar información de gran utilidad para cicloturistas y también para curiosos viajeros en general. Jimena es comunicadora social y publicista, pero por sobre todo es una escritora que fue convirtiendo sus diarios de viajes en libros que ahora vende en las redes sociales y en su blog.
La pareja se enamoró de la naturaleza y comenzó a viajar en búsqueda de un camino diferente para sus vidas, actualmente se dedican a aconsejar a viajeros, dar talleres y recomendar lugares para visitar o alojarse. Sus redes y página web tienen miles de seguidores y muchos patrocinadores que los ayudan en este modo de “vivir en constante movimiento”.
Mientras se encontraban en otra travesía en el norte argentino, Andrés habló con Revista Metro.

– ¿Cómo y cuándo comenzó la aventura de este blog que vincula el cicloturismo con la comunicación?
– Es un viaje que empezó en un viaje, una cosa llevo a la otra. En el año 2012 hicimos un viaje con Jime al norte, cada uno había ido con diferentes amigos por separado, de ahí volvimos con ganas de que eso no se resuma a unas semanas de vacaciones. Queríamos seguir sintiendo todas esas sensaciones que son súper gratificantes y que nos hacían sentir plenos, nos parecía injusto el hecho de que eso se corte. Ahí empezaron las preguntas, las dudas… ese año fue de mucha revolución mental, queríamos sí o sí patear el tablero y reconvertir nuestras vidas.
Nosotros ya nos dedicábamos a la comunicación, habíamos estudiado eso y veníamos relacionados con ese mundo. Esa fue la principal herramienta de la cual nos agarramos para poder hacer del proyecto un trabajo y después convertirlo en algo sostenible en el tiempo.

– ¿Cuáles eran sus trabajos antes de lanzarse a recorrer el mundo en bici? ¿Extrañan la vida antes de eso?
– La verdad no se extraña nada. Creo que si en algún momento lo hubiésemos extrañado hubiésemos vuelto a la vida de antes, la realidad es que de lo que se trataba era de tomar las riendas y de sentirnos libres, de ir tomando las decisiones de nuestras vidas. Pero la realidad es que no, no extrañamos ni en el peor de los momentos, ni en las dificultades más grosas que enfrentamos viajando en bici.
No siento ya que sea recorrer el mundo en bici, al principio había algo de eso… después nos fuimos encontrando plenos y satisfechos en el movimiento, sin importar ni donde, ni que tan lejos estuviéramos. Se trata de movimiento y libertad de elegir lo que estábamos haciendo. Creo que el aprendizaje es este de que no se trata de un lugar, sino de un estilo de vida.
Con Jime nos conocimos trabajando en una agencia de publicidad y nos dedicábamos a hacerle comprar cosas a la gente que no necesitaba de verdad, eso es la publicidad. Esta experiencia nos hizo más fácil el tema de la comunicación por que nos permitió tomarnos a nosotros mismos como si fuéramos nuestros propios clientes, nos planteamos un objetivo, un público, un lenguaje, una idea. La pregunta disparadora fue: “¿Qué podíamos hacer para vivir la vida de viaje” y en el cuaderno donde anotábamos todo tengo resaltado todavía la última parte de esa pregunta … “la vida de viaje”, el disparador de todo esto.

– ¿Qué los inspiró a realizar estos viajes en un primer momento? ¿Los sigue inspirando lo mismo o cambio?
– Todo va cambiando constantemente, pero lo que no cambio es cómo era nuestra vida antes, esto de estar constantemente bajo presiones laborales, viviendo en una ciudad como Buenos Aires que es intensa, sintiéndonos con poca libertad de acción… eso de trabajar todos los días, de tener un horario de salida y entrada, de vivir en una constante repetición. La búsqueda de la libertad fue lo que nos inspiró. Es difícil tomar la decisión, pero más difícil sería si viviéramos en un mundo totalmente perfecto y feliz en donde uno estuviera en la parada del colectivo, del subte o caminando y viera a las personas siendo muy felices y que nadie quiera cambiar nada. A mí me bastaba con levantar la cara y ver las miradas de las personas en el tren o cómo vive la gente en las ciudades y decir “esto no quiero para mi vida”.


– ¿Cómo hacen para sostener su web, las redes y todo lo que implica viajar? ¿Trabajan en cada punto en el que paran o el proyecto les da para vivir bien?
– Todo lo digital se sostiene prácticamente solo, lo importante es generar contenido y trabajar en eso. Justamente haciendo de esto un laburo es que podes generar los ingresos básicos e indispensables para poder hacer lo que hacemos. Lamentablemente, en Argentina es complicado trabajar en las redes sociales y como generador de contenido, más en un nicho tan puntual y especifico. Así y todo fuimos abriendo camino y pudimos conseguir varios laburos con marcas y publicidad.
Es difícil y la dinámica económica del país es compleja. Ahora queremos trabajar como generadores de contenido pero no para nuestra página, sino para otros prestadores, entonces estamos tratando de hacer laburos de fotografía y comunicación con hotelerías, hospedajes y gastronomía. También en este contexto, como consecuencia del movimiento y los viajes, Jime publicó dos libros que giran en torno a su experiencia personal, después también armamos talleres y cursos donde brindamos toda la experiencia que ganamos estos años.
A veces hacemos acciones con marcas por canje, no solamente por dinero. Para nosotros eso está bueno porque nos posibilita tener un buen equipamiento que es sumamente necesario para viajar. Actualmente, nos movilizamos con una camioneta y quizás el gasto más representativo es el del combustible y después la comida diaria, pero el hospedaje siempre tratamos de que sea con canje para darles visibilidad y publicidad a esos espacios.

– Si tuvieran que elegir un lugar donde asentarse, ¿cuál sería?
– Difícil decidir uno… hay muchos. El Chaltén en Santa Cruz es un lugar magnífico donde podríamos asentarnos. Creo que si el lugar responde a nuestra búsqueda de naturaleza y tranquilidad ya está, no necesitamos mucho más.
Igual la palabra “asentarse” sería igual como mucho un invierno o dos o tres meses y ya después volvemos al movimiento porque nosotros vivimos de eso, lo queramos o no… es necesario.

– Ya hace años que hacen esto… Jime se animó y escribió libros, ¿Cómo fue esa experiencia? ¿Hay ganas de escribir otro nuevo?
Jime se animó y ahora está escribiendo sobre cosas más personales. En mi caso, me estoy amigando con la escritura… nos pusimos como objetivo a mediano plazo, a los 10 años de todo esto, tener escrito el libro de La Vida de Viaje y estamos en ese proceso. Debemos pensarlo bien y tenemos mucho material, entonces es un desafío y debemos encontrarle el tiempo para que conviva con el presente de los nuevos viajes. Tenemos muchas ganas de hacerlo y contar nuestra historia, pero queremos hacerlo seriamente.

– Entre tantas cosas que hacen en sus redes sociales y blog… también dan talleres, ¿Cuáles son y en qué modalidad los dan?
Jime es la que se puso más eso al hombro, es su sector. Yo soy un colaborador externo, pero le doy una mano con el pulido de los temas y demás. Ella está dando talleres de escritura, relacionado 100% a la escritura creativa y después también más relacionado a nuestra página de forma directa damos talleres de cicloturismo, partiendo de la base de lo típico y los primeros pasos.
Jime, por otro lado, está haciendo talleres específicamente para mujeres. Había una gran demanda de estos cursos para mujeres que querían viajar en bicicleta y que necesitaban una mano. Mirando hacia adelante, la idea es armar cursos sobre escritura de viajes, sobre fotografía de viaje, documentación y específicamente en lo que es la bicicleta.

– A través del tiempo bicicleteando se habrán encontrado con momentos difíciles, ¿Qué momento fue el que más los marco en todo este recorrido?
– Lo más difícil en estos años siempre fue el rol de la naturaleza, las inclemencias de los lugares por donde nos mandamos. A través del tiempo, vas aprendiendo, tenés respeto y también entendés la naturaleza y te enamoras de todo eso… de la belleza, de las texturas de las montañas, de cómo pega el sol en un amanecer o atardecer y todo eso te enriquece.



– ¿Hay alguna historia o persona que hayan conocido en todos estos viajes que hoy sean parte de su vida y que agradezcan el haberla conocido?
– Nos fuimos cruzando constantemente con personas, con nuevos círculos, entonces en esa búsqueda uno se va relacionando. Hay muchas personas, pero quizás los más cercanos o con quienes más hoy tenemos relación son más de nuestros viajes que de nuestra vida anterior.
Los viajes nos dieron mucho y las personas son eso, cada una tiene su historia que se involucra con la nuestra y esa es una parte muy rica de lo que hacemos.

– ¿Cuáles son las dudas más comunes que tienen sus seguidores en sus redes sociales?
– Las dudas más comunes suelen ser la de los primeros pensamientos, el tema de dónde conviene comenzar el viaje, si les da el estado físico o no… son las clásicas dudas en la incertidumbre. El factor común de todos esos patrones es el miedo a lo desconocido, a lo nuevo.
Hay mucha gente que nos consulta por la inseguridad, especialmente por el tema del acampe, si es en zona libre o donde uno encuentre. Básicamente, es salirse del mundo conocido y enfrentarse a las incertidumbres de lo desconocido, pero creo es lo más normal a la hora de emprender algo nuevo.

– El 2020 fue un año difícil para todos… pero más para viajar. ¿Cómo sobrellevaron la pandemia por el Covid 19? ¿Quedaron varados en alguna parte?
– Para los que constantemente buscamos el movimiento fue difícil, nos vimos en la obligación de la pausa. Fue un año de mucho proceso mental y de incertidumbres, por que más allá de estar acostumbrados a eso, esto fue de escalas mayores e incluso se sigue manteniendo.
En medio de la cuarentena, nos quedamos en El Foyel, un pueblito de doscientos habitantes entre el Bolsón y Bariloche en plena Patagonia. Cuando se cerró todo nos pareció el mejor lugar para quedarnos porque estábamos en medio de la naturaleza, la calma, la posibilidad de seguir estando en un ambiente más amigable que lo que podía ser transitar la pandemia en una ciudad grande. Creo que a la larga vamos a saber valorar los pensamientos y ver la vida un poco en retrospectiva de lo que se veníamos haciendo y sabremos qué hacer de ahora en adelante.

– En Youtube cuentan con varios cortos realizados por ustedes mismos… ¿Creen que la parte de producción audiovisual es lo que se viene más para el futuro?
– Youtube sigue siendo una de las redes con mayor crecimiento y visibilidad de la gente. Los cortos los fuimos realizando nosotros como parte de un desafío personal de manejar otro lenguaje en el ámbito de la comunicación, más allá de la fotografía y la escritura. El proceso creativo de contar una historia de manera audiovisual es tedioso, lleva tiempo y también es muy lindo y a la distancia está buenísimo volver a ver eso.
Siempre hablamos con Jime eso de ver los vídeos dentro de muchos años, cuando seamos más grandes, y mirar todo eso que fuimos haciendo es como tener la vida documentada. Tratamos de todos los años tener un corto y de alguna manera guardar un pedacito de nuestras vidas de manera audiovisual.

– ¿Cuál sería el consejo que le dan hoy a alguien que este entre aventurarse a viajar y conocer (sea en bici o no) y la opción de quedarse en la ciudad o en la rutina que tienen actualmente?
– El punto es animarse a cambiar, eso es a veces lo que nos inmoviliza, el miedo, el cambio. El consejo es hacer un autodiagnóstico de si uno está feliz o no, si se siente bien o no, si siente que la vida es chata y que espera más de ella. Hay que animarse y apostar por las pasiones más que nada, muchas veces el secreto del éxito es hacer lo que a uno le gusta y después ver de qué manera puede convertirlo en su trabajo. Ahí ya uno estaría en la lista de la gran minoría de gente que se puede dar el lujo de vivir de lo que disfruta hacer.

– ¿Cuáles son sus proyectos a corto y largo plazo para la página y sus vidas viajeras? ¿En algún momento tienen pensado dejar de moverse o será una vida nómade para siempre?
– Yo creo que si… yo creo que va a ser para siempre. Quizás cambien los ritmos, la forma o los modos, pero el movimiento es parte de nosotros, es donde nos sentimos vivos, donde podemos ejercer nuestras vocaciones y eso es fundamental para el desarrollo personal.
El proyecto a corto y largo plazo, en principio, es volver a estar en movimiento, dejar de estar un poco parados e ir adaptándonos al contexto. ©

Contactos:
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