La elección de la vocación es un proceso complejo, donde entran en juego múltiples factores, como la familia, la sociedad, las habilidades y los intereses, y que supone la toma de conciencia respecto de uno mismo y de quién se quiere ser.
Belén (18) está a punto de terminar la escuela secundaria. Sólo unos meses la separan de la tan ansiada vida universitaria. Aunque en un principio pensaba seguir la carrera de contador público, luego descubrió que no era para ella. «Me di cuenta de que ‘activo’ y ‘pasivo’ iban a ser toda la vida ‘activo’ y ‘pasivo’. No quería algo tan monótono ni pasarme toda la vida detrás de un escritorio. Así que empecé a descartar lo que no me gustaba, hasta que me quedé sólo con tres opciones: Abogacía, Psicología y Periodismo», explica la joven de 18 años en diálogo con Metro. Finalmente, en diciembre Belén se inscribirá en la licenciatura en Periodismo, mientras que Milagros (17), su amiga y compañera de curso, lo hará en Medicina. «Desde chiquita quise ser pediatra y nunca hubo otra profesión que me llame la atención y me ponga ante una disyuntiva», asegura la joven. Aunque las dos amigas parecen tener claro lo que desean, su compañero Esteban no está tan seguro. Le gusta la música, pero está empecinado en hacer una carrera universitaria para «darle el título a sus padres». El resto de su división se divide entre quienes tienen una vaga idea y aquellos que aún no se deciden y optan por dejar el planteo para más adelante.
Pero, ¿qué es la vocación? ¿Se elige o se descubre? ¿Qué factores intervienen a la hora de elegir una carrera o profesión? El psiquiatra y psicoanalista Juan Eduardo Tesone, miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y de la Sociedad Psicoanalítica de París, sostiene que «la vocación es un llamado interior a…pero son contadas las personas que tienen en claro a edades tempranas lo que desean hacer en la vida». Muchos creen saberlo y posteriormente cambian de parecer, mientras que otros siguen mandatos familiares, contra los cuales pueden llegar a revelarse o no. En ese sentido, «la vocación puede ser un camino hacia el descubrimiento de sí mismo», subraya Tesone.
Por otra parte, las referentes del Departamento de Orientación Vocacional e Información (DOVI) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), Sonia Berro, Laura Berlingeri y Silvina Debenjak, coinciden en que la vocación es «una compleja construcción donde múltiples factores entran en juego, donde aspectos socio-históricos se interrelacionan con lo familiar-personal. Es decir, aspectos sociales, culturales, y educativos, lo familiar, los intereses, los gustos y las habilidades se ponen en juego a fin de encontrar un estudio y/o trabajo que armonice con el lugar que deseamos ocupar en nuestra sociedad».
Orientación vocacional
Según Berro, «la Orientación Vocacional (OV) es un campo especializado de intervención de carácter preventivo, cuyo objetivo central es generar mejores condiciones para realizar una elección». «Como orientadoras realizamos intervenciones que les permitan a los sujetos interrogarse acerca de sí mismos, la realidad educativa y ocupacional, y el contexto social en el que están inmersos, ayudándolos a desarrollar estrategias que posibiliten la elaboración de proyectos reales y posibles, y apuntando a la promoción de una elección reflexiva, autónoma y responsable», explica la orientadora en diálogo con Metro. Y remarca que a OV «es un proceso en el que el protagonista es el sujeto».
Asimismo, Berlingeri afirma que para una elección autónoma es necesario «evaluar la información educativa recabada y relacionarla con los aspectos personales», ya que ello ayuda a «armonizar el ‘quién soy’ con el ‘quién quiero ser'». «La decisión lleva tiempo y dedicación, y es necesario reflexionar sobre las opciones», remarca la especialista, para quien «llegar a una elección vocacional supone un proceso de toma de conciencia respecto de uno mismo y la posibilidad de hacer un proyecto que significa imaginarse anticipatoriamente cumpliendo un papel social y ocupacional». «Este aprender a ser uno mismo comienza en el largo aprendizaje de ‘¿quién soy?’ y ‘¿cómo soy?’ que va produciéndose en el interior de las relaciones familiares, desde el principio de la vida. Aquí está presente el parecerse y diferenciarse de cada uno de los demás: padres, hermanos y otros referentes cercanos», detalla la orientadora de la UNLZ.
Debenjak considera que la toma de una decisión vocacional – ocupacional por parte de un adolescente en crecimiento implica «reconocer y aceptar el desprendimiento respecto de su mundo familiar conocido y limitado para explorar el mundo mucho más amplio. Es recorrer un camino que se inicia en un adentro conocido, la familia, y se desenvuelve en un afuera con muchas complejidades y aspectos desconocidos, las sociedad, donde el adolescente aún carece de un lugar definido». «Nuestra tarea implica propiciar espacios de reflexión sin quedar al margen de la realidad cambiante, de la inmediatez en la que estamos inmersos, respetando el deseo personal de cada consultante y promoviendo la búsqueda reflexiva», detalla la orientadora.
Las referentes del DOVI concuerdan en que «la vocación es asunto de toda la vida», porque el ser humano se modifica en el transcurso del tiempo, «poniéndose de manifiesto en sus intereses y nuevas elecciones». En este sentido, la oferta de las actividades de orientación vocacional se adecúa a la heterogeneidad del público que consulta: desde jóvenes que cursan el último año de la educación secundaria en adelante, alumnos provenientes de escuelas públicas y privadas que cursan el último año, de centros de formación profesional o de secundarios de adultos, así también como estudiantes universitarios que abandonaron sus carreras o que aún siguen en curso pero no tienen en claro si continuar o no.
Por su parte, Tesone considera que «aquellas personas que dudan sobre su propio deseo pueden, en efecto, verse beneficiadas por una psicoterapia psicoanalítica, que busca en las entrañas del inconsciente las motivaciones más profundas y personales». «Competencia y deseo no son los mismo», remarca el referente de APA.
Inserción en el mundo laboral
Según Tesone, «en el psiquismo humano pueden coexistir deseos muy contradictorios, que no siempre son conscientes. Por ejemplo, uno piensa que desea tal cosa e inconscientemente desea lo opuesto. Es difícil generalizar, cada persona puede tener motivos muy diversos». «A veces, el estudiante aventajado encuentra un empleo remunerado y se va fascinando con la posibilidad económica de hacerse autónomo tempranamente, y no ve diferencia con obtener el título. Esto es particularmente cierto en carreras ligadas a la informática, donde no importa tanto un diploma como las competencias desarrolladas en un área dada. Pero también en otras actividades en las cuales el título habilitante no es imprescindible», explica el referente de APA, quien en estos casos sugiere que «el joven evalúe el interés o no de su título a largo plazo y no tan sólo en el corto plazo de una remuneración».
La inserción el mundo laboral «suele ser un momento complejo, que genera cierto temor», pues se pasa «de ser un estudiante exitoso a ser un profesional más….sin prejuzgar sobre su probable evolución», grafica Tesone y continúa: «Es también un período de la vida, en particular para aquellos estudiantes que no han tenido una actividad laboral, en el cual se deja el nido familiar protector. Esto es diferente cuando el estudiante se ha confrontado en sus estudios a una actividad laboral que le permitió foguearse con la realidad». «Paradójicamente, suele ser un momento ligeramente depresivo, de duelo por abandonar la vida de estudiante», apunta el referente de la APA.
Ante todo, debemos comprender que la elección de la vocación es una experiencia de conocimiento personal. Si uno logra disfrutar la actividad que eligió, entonces habrá tomado una buena decisión, porque, a fin de cuentas, trabajar de lo que uno ama es una de las mejores sensaciones que se tienen en la vida. ©