Desesperanza, desilusión, aburrimiento, falta de progreso… todas estas situaciones son indicio de estrés laboral a nivel de burn out. Se ha instalado en los pacientes el agotamiento y desesperanza en relación a su trabajo.
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Habitualmente recibo pacientes que vienen a consulta porque se sienten mal, cuentan que les sucede de estar desganados, perdidos, sin proyectos y vacíos de afectos como “anestesiados”.
Piensan que nada tiene sentido y es algo que ya les pasa hace un tiempo prolongado. Lo significativo y llamativo es que no saben cuál podría ser la causa de ese malestar, no pueden identificar su origen. Esta situación aumenta el desconcierto y la angustia porque creen que les pasa algo que no podrá cambiar, al desconocer la causa. Se sienten deprimidos y lo están, duermen mal, no hacen otras actividades (artísticas, deportivas, etc) solo ir a trabajar y después descansar del trabajo. Predomina en ellos sentimiento de abatimiento.
A medida que avanzan las sesiones de psicoterapia, empiezan a relatar e identificar situaciones laborales agotadoras, que incluyen jornadas muy extensas, muchas de las cuales no tienen horarios fijos de salida, sino que según la necesidad, deben quedarse tiempo extra. También relatan que el trabajo siempre queda pendiente, siempre hay más para hacer, no se cierra nunca un ciclo, siempre es insuficiente la ardua tarea que realizan. A su vez no hay reconocimiento: una paciente me relataba que había cancelado una salida con sus amigas, después del horario laboral, para resolver una situación en el trabajo, que le llevó varias horas, y nunca recibió una felicitación o mención favorable por ello. Otro paciente relataba que en su trabajo no existía el compañerismo: cada uno está en lo suyo y casi no se conocen los nombres. Predomina el aislamiento, no cuenta con la empatía de sus compañeros, no puede discutir estrategias para enfrentar la realidad laboral con pares, sobrevuela el sentimiento de “sálvese quien pueda”. Eso le generaba aburrimiento y desesperación por salir de ese trabajo, pero le cuesta tomar la decisión, porque la tarea en sí misma le interesa.
Otro factor que se presenta es la desesperanza y desilusión en lo que refiere a la tarea a realizar: se pierde idea de la misión y todo da igual. No se distingue la perspectiva del proceso y de la razón del trabajo que se realiza, por lo que no hay conciencia de lo que se hace.
En general predomina en estos pacientes la idea de que no aprenden ni progresan laboralmente en el empleo que tienen, solo soportan.
Todas estas situaciones son indicio de estrés laboral a nivel de burn out, o sea se ha instalado en los pacientes agotamiento y desesperanza en relación a su trabajo, que los cansa de manera que no se pueden recuperar y han perdido la ilusión para generar cambios.
Estos cambios podrían ser exigir mejoras laborales puntuales, cambios en la tarea, o en los grupos o directamente tomar la decisión de renunciar y buscar otra cosa.
Contando con un espacio de psicoterapia, todos ellos resolvieron favorablemente sus situaciones. Hay que animarse a consultar, estar mejor es posible. ©
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