Los recursos en cuarentena

Estos días de encierro y aislamiento físico obligatorio para tantos de nosotros, puso a prueba la paciencia y la creatividad.

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P articularmente en lo que refiere a mi trabajo en asistencia psicológica, pasé rápidamente a un plano de atención on line por video llamada, pudiendo sostener de manera muy satisfactoria, el espacio de atención terapéutica. Se habilitó un espacio virtual de escucha, que permitió intentar elaborar activamente las nuevas y desbordantes inquietudes surgidas por la pandemia. Cada uno trae sus preocupaciones, sus miedos y en muchos casos se agudizan las ansiedades y las fobias.
Es fundamental, en la medida de lo posible, seguir desplegando las ideas, explorando sobre nuestros sentimientos, para fortalecer aquellos aspectos vitales que hay en nosotros, y desactivar miedos y pensamientos negativos.
Conectada con mis pacientes, me resultó sorprendente y admirable a la vez, ver como muchas personas aprendieron en poco tiempo a utilizar herramientas tecnológicas que les eran nuevas, y así acceder a la comunicación que necesitaban para si mismas y su grupo familiar. Muchas personas mayores, que no crecieron en la época de la lógica del celular, incorporaron el hábito de la video llamada para poder seguir conectadas con su entorno. También aprendieron a resolver de forma virtual distintas gestiones administrativas.
Otro grupo que evidentemente viene haciendo un valioso y gran esfuerzo es el de los docentes. Han dedicado, y dedican, mucha energía adquiriendo nuevas estrategias en el uso de herramientas virtuales, a la vez que adaptan el material que disponen a una modalidad totalmente diferente. Todo esto en muy poco tiempo, brindando más de lo habitual, dado que se ha corrido totalmente el eje concreto que era el espacio físico del colegio. Los docentes comparten sus mails personales, sus celulares y hasta el espacio íntimo de sus hogares, lo que indiscutiblemente implica un gran esfuerzo psíquico de adaptación.
Aquellos que deben trabajar en centros de salud, también se encuentran muy expuestos a presiones y preocupaciones que no siempre es fácil atenuar. Además de estar más cerca de la amenaza latente del virus, han cambiado sus rutinas. Ya no pueden estar en contacto en grupos ni con compañeros, no se pueden reunir, no se pueden descuidar al respecto de la distancia y las medidas de bioseguridad necesarias. Todo esto genera desconfianza, y aumenta el estrés, por lo que es entendible que requieran asistencia psicológica y todas las facilidades que se les pueda otorgar. Es fundamental, para su salud física y psíquica, que puedan contar con todos los elementos de protección de contagio que se requieren (barbijos más sofisticados, camisolines, máscaras para cubrir el rostro, guantes, etc).
En estos tiempos tan raros, sale a la luz el gran amor que tienen muchos por sus familias, sus allegados y la consideración por todo su entorno social. La participación amorosa, que cada uno de nosotros puede hacer, siempre será bienvenida y calmará la angustia y la necesidad de alguien próximo.
Existen una serie de tareas o elementos útiles para fortalecer nuestro sistema inmunológico, que nos protegerá, llegado el caso: mantenernos ocupados creativamente; comer y descansar bien; hacer algo de ejercicio, si fuera posible al aire libre; alejar de nuestra mente pensamientos negativos que solo generan pesadumbre; y atender el cuidado de nuestro entorno, dando y recibiendo amor. ©

 

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