Casa Calise

Ubicada en Hipólito Irigoyen 2562, Casa Calise fue construida en 1911 por el arquitecto milanés Virginio Colombo. Tras años de abandono, en 2014 se inició un proceso de refacción, a través del programa de mecenazgo del Gobierno de la Ciudad.

La tarde cae sobre la Ciudad de Buenos Aires y el cielo comienza a teñirse de tonalidades violáceas. Entonces, las luces se encienden para resaltar la escultórica fachada de Casa Calise, el edificio diseñado por el arquitecto milanés Virginio Colombo (1885-1927) en 1911. Trece figuras femeninas, diez querubines, doce cabezas de mujer y una escena de crucifixión decoran el frente del inmueble ubicado en Hipólito Irigoyen 2562/78, en Balvanera.
Al igual que muchos otros arquitectos italianos, Colombo trabajó casi de forma exclusiva con clientes de su misma nacionalidad. «El medio rioplatense ofrecía un panorama atractivo para Colombo y otros colegas italianos, merced a la expansión económica del modelo agroexportador y el desarrollo edilicio bonaerense volcado a una fuerte actividad inmobiliaria especulativa, sin controles edilicios ni impositivos», detalla Lina Crepy, analista patrimonial, conservadora, restauradora y museóloga, en un informe realizado en abril de 2013. El documento, que tenía por fin brindar un asesoramiento técnico para la restauración del inmueble, se convirtió en el eje central del proyecto de puesta en valor impulsado por Tamara Yepes y Fernando Tuma Moreno.
Las obras de Colombo se destacan por su sello personal: la inclusión de estatuaria en las fachadas y el uso de texturas. En Casa Calise, el arquitecto incluyó más de 30 esculturas en el frente. «La riqueza de este edificio reside en la fachada, donde la estatuaria es la protagonista casi única», subraya Crepy.

Estilo arquitectónico

Casa Calise es el resultado de un trabajo en equipo. Junto con el constructor P. Ferloni y el escultor Ercole Pasina, Colombo llevó «el Art Nouveau, en su variante italiana del ‘Liberty Milanés’, a su máxima expresión, con una riqueza asombrosa de figuras, rematando aventanamientos, fundiéndose en los portales, acompañado de querubines dispersos entre las ménsulas de los balcones», explica la analista patrimonial. El edificio, destinado a casa de renta, fue una de las tres obras que Colombo realizó para la familia Calise.
De planta horizontal, la construcción se divide en seis niveles superiores y un subsuelo. En su interior cuenta con treinta y seis departamentos y dos locales comerciales en la planta baja, que originalmente fueron propiedad de La Campagnola.

Vista de frente, la vivienda de 8000 m2 consta de tres cuerpos en espejo. Se suman otros dos, del frente hacia atrás, con diferentes alturas. Los patios de ventilación e iluminación representan el 10 por ciento de la superficie construida, la cual supera cuatro veces y media la del terreno. Crepy afirma que «Colombo trabajó al límite el aprovechamiento del suelo con un rendimiento abusivo de la planta, lo que revela su carácter especulativo». «Las dimensiones otorgadas a las escaleras de acceso a los pisos superiores, a los palier, a los pasos de entrada del cuerpo principal» evidencian medidas mínimas que «no se condicen con los detalles que jerarquizan el edificio». Sin embargo, el todo funciona y el conjunto fluye.
El diagnóstico resaltaba el carácter «sólido» del edificio y su «buen estado de conservación en líneas generales». Asimismo, advertía que el deterioro se debía a la «falta de mantenimiento, humedad y mala praxis en algunos casos».
Por otra parte, se preveía la incidencia de dos situaciones en la puesta en valor. Por un lado, el alquiler a «personas de escasos recursos económicos que encuentran en estas ‘casas viejas’ sólo su utilidad transitoria, confiriéndoles un uso para el que no fueron construidas». Por el otro, la modificaciones efectuadas en los frentes de los locales comerciales. Según Crepy, fue gracias a «la altísima calidad constructiva» que el edificio pudo soportar «el menoscabo de estas piezas únicas de nuestro patrimonio».


El informe de la Dirección General de Patrimonio de la Ciudad incluyó una estrategia de intervención, acorde al nivel de protección estructural del edificio, para trabajar de afuera hacia adentro y de arriba hacia abajo. El asesoramiento fue utilizado para tramitar una solicitud de mecenazgo ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Puesta en valor

La arquitecta Elina Tassara encaró la primera etapa de puesta en valor, que contó con el financiamiento de Telefónica de Argentina, Banco Hipotecario y Allaria Ledesma & Cía. El presupuesto de 4 millones de pesos sirvió para la limpieza técnica, restauración e iluminación de la fachada. También se reparó la carpintería y las persianas. La herrería de las puertas de acceso al cuerpo principal, cuyo trazado se asemeja al utilizado por el arquitecto español Antonio Gaudí en el palacio Güell, recuperó su antiguo brillo.
La reparación de los vitrales estuvo a cargo de la Antigua Casa Soler, la misma que diseñó los originales encargados por Colombo.
A lo largo de todo el proceso, se buscó mantener los materiales originales y conservar la forma actual del edificio, respetando su código técnico-expresivo.
El proyecto de restauración de la Casa Calise demandó hace 6 años un costo estimado de 7 millones de pesos. Parte de ese dinero se obtuvo a través del programa de mecenazgo, con contribuciones de tres empresas: Telefónica de Argentina, el Banco Hipotecario y Allaria Ledesma & Cía. El consorcio, con respaldo estatal, asumió la iniciativa de contactar a las empresas, presentándose el proyecto para su evaluación.Este programa permite a las empresas destinar hasta el 10% del monto que pagan en concepto de Ingresos Brutos para financiar proyectos culturales de su interés.


Circuito Colombo

Colombo se suicidó a los 42 años. Tras 22 años de trabajo, dejó una vasta obra de cincuenta edificios en la Ciudad de Buenos Aires. Casa Calise es la segunda «Casa Colombo» más importante. En primer lugar se ubica la Casa de los Pavos Reales, emplazada en Avenida Rivadavia 3230.
En oposición a la moda de la época, de importar materiales, objetos decorativos e incluso proyectos de profesionales que jamás conocieron Buenos Aires, el arquitecto se destacó por utilizar elementos diseñados confeccionados en talleres locales, en su gran mayoría.
Aún queda mucho por hacer. El Equipo Casa Calise y Crepy coinciden en que, una vez que Casa Calise recobre su antiguo esplendor, podría ser el puntapié inicial para el armado de un circuito turístico en homenaje al arquitecto que le legó a la Ciudad algunas de sus fachadas más bellas y dramáticas. ©

TXT I Fotos: GEM


Leave A Reply