La estación de trenes de Retiro, cabecera de la línea Mitre, recobró el esplendor que supo tener a principios del siglo XX. Dueña de una arquitectura exquisita, la imponente construcción recibe unos 60 mil pasajeros diarios, quienes disfrutan las nuevas comodidades y servicios que ofrece.
La centenaria estación de trenes de Retiro, cabecera de la línea Mitre, es considerada una de las más grandes del mundo. Por su emblemático edificio, declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, transitan 60 mil pasajeros diarios.
Con arquitectura británica
Retiro es una estación con historia. Emplazada sobre la Avenida Ramos Mejía 1358, la estación fue inaugurada el 2 de agosto de 1915. Su construcción, que había empezado en 1909, demandó seis años de trabajo. El imponente edificio fue diseñado por los arquitectos británicos Eustace Conder, Conder Roger y Sydney Follet, y el ingeniero Reginald Reynolds. El tendido de las vías -sobre terrenos recientemente ganados al Río de la Plata- estuvo a cargo de la empresa de Scott Hume.
En la estación conviven dos estilos muy diferenciados: francés en el hall o edificio de entrada y la fachada; y el estilo industrial inglés de los andenes. Para la construcción del gran vestíbulo o hall se siguió el criterio estético del academicismo francés, con su fachada de columnas y cúpulas, y el sector oval de las boleterías en el interior, que simula un edificio independiente. También se destacan las terminaciones decorativas de mayólica en las paredes y los pisos.
El hall y el patio de carruajes abarcan 6650 metros cuadrados de superficie.Esta construcción demandó 4.800 toneladas de cemento y 10 millones de ladrillos. La iluminación incluía artefactos que imitaban antorchas de estilo florentino, arañas monumentales y grandes ventanales por donde ingresaba la luz del exterior.
En cambio, el sector de los andenes o naves es una construcción de hierro y vidrio característica de la época de la Segunda Revolución Industrial. Las ocho plataformas están cubiertas por dos grandes naves paralelas o tinglados de 250 metros de largo. Los materiales, principalmente las estructuras de hierro, fueron importados en barco desde Inglaterra y se ensamblaron en Argentina.
Cada nave es una bóveda metálica sostenida por arcos de hierro colocados cada diez metros. Fabricadas en Liverpool, fueron traídas desde Inglaterra en barcos y remachadas en Argentina. La estructura alcanza los 25,15 metros en su altura máxima y, en cuanto al peso, supera las 8.600 toneladas.
«Se trata de un diseño peculiar, casi sin antecedentes, que combina prestigiosos ejemplos de arquitectura británica construidos poco tiempo antes dentro de una composición similar a la del City Hall en Cardiff; se recrea la cúpula del Wesleyan Hall, la columnata del hotel Picadilly y la disposición de las fachadas de Regent Street, en Londres», detalla el libro La presencia británica en Buenos Aires.
Un año después de la inaugración de la estación, el 24 de agosto de 1916, el primer tren eléctrico de pasajeros de toda la Argentina y del continente sudamericano salió desde Retiro con destino a Tigre. Mientras el entonces presidente de la Nación, Victorino de la Plaza, cortaba la cinta inaugural, una muchedumbre se agolpaba en los andenes de la nueva terminal para ser testigos del cambio tecnológico: la electricidad dejaba atrás al vapor para siempre.
Para que este cambio fuera posible, se construyó una usina eléctrica en el Canal San Fernando y se tendió todo el cableado subterráneo para que la energía llegue hasta el tercer riel, que es el que corre paralelo a las vías y alimenta a los trenes para que puedan moverse, entre otras obras.
Los trenes no tenían aire acondicionado ni puertas automáticas: estaban carrozados en madera y en la inscripción se leía «Ferrocarril Central Argentino». El nombre General Mitre sería adoptado recién unos 30 años después de aquel primer servicio eléctrico. Por ese entonces, en todos los ramales de la línea Mitre -Tigre, Mitre y José León Suarez- viajaban unos 20 millones de pasajeros al año, mientras que hoy lo hace más del doble: unos 42 millones.
En 1997 la estación fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Puesta en valor
La estación de trenes de Retiro ahora tiene espacios más amplios, mejor iluminación, más comodidad, tecnología y servicios, que ya pueden disfrutar los más de 60.000 pasajeros que la utilizan por día gracias a la renovación integral del edificio que fue realizada en el año 2017, con una inversión total de 650 millones de pesos.
Además de haber recuperado su aspecto original, el hall es ahora mucho más amplio y luminoso. Los pisos recobraron su color de símil granito original y se restauró el tradicional óvalo de las boleterías con sus cerámicas originales. A través de nuevos tótems y cartelería de información al pasajero se puede conocer en forma inmediata y sencilla el estado del servicio de trenes en tiempo real.
El imponente edificio fue diseñado por los arquitectos británicos Eustace Conder, Conder Roger y Sydney Follet, y el ingeniero Reginald Reynolds.
El tendido de las vías estuvo a cargo de la empresa de Scott Hume.
La restauración los ventanales originales permite mayor ingreso de luz natural, a lo que se sumaron nuevas luces de tecnología LED. El techo también fue restaurado y se renovó por completo el sector del subsuelo por el que se accede a la línea C de subte. Además, se sumó un moderno sistema de seguridad con cámaras que son monitoreadas desde un Centro en la misma estación.
La fachada del edificio fue restaurada por completo. Los trabajos incluyeron la reparación y limpieza de los bloques originales de piedra, y la restauración de piezas en bronce (placas de ingreso con el nombre de la estación, guirnaldas en los accesos y faroles). En total, se recuperó una superficie de 7850 metros cuadrados: 2250 metros cuadrados de piedra de granito, más 5600 metros cuadrados de revoques, con sus colores, texturas y composición originales.
El entonces ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, aseguró que «Retiro es una de las principales estaciones de trenes del país. Queríamos recuperar el esplendor que supo tener, y que los usuarios viajen cada vez mejor y elijan el tren». «Las reformas ponen en valor patrimonio histórico que es de los argentinos, sumándole, además, nuevos servicios. Todo forma parte de nuestro compromiso con la gente para ofrecer un transporte público de calidad», expresó Dietrich en declaraciones a la prensa.
Ahora, la espera es mucho más cómoda, ya que se colocaron asientos nuevos, se renovaron los baños, se instalaron cajeros, puntos de recarga de celulares, Wi Fi libre y gratuito, y locales para el pago de servicios, comidas y bebidas y del Estado en tu Barrio para trámites con la SUBE, tarifa social, renovar DNI y pasaporte, entre otros.
Los trabajos de renovación fueron segmentados por sectores que se cerraron al público para permitir el avance de las mejoras. Las boleterías, no obstante, siguieron funcionando normalmente, y los pasajeros fueron informados de estos cambios y alternativas con cartelería y audios.
En marzo de 2018 culminaron los trabajos de restauración de los techos externos y de la cúpula central, que lucen de color plateado. Se modernizaron los dos montacargas que se conservan en la cabecera de los andenes para permitir el acceso a las oficinas de mantenimiento y control que se instalaron en los antiguos sótanos.
La presentación de las obras de refacción del subsuelo de la estación Retiro de la línea Mitre constituyó el cierre de la puesta en valor del histórico edificio. Se trata de 5 mil m2 de superficie que se encontraban en total estado de abandono y se habían convertido en depósitos de basura, en las que se colocaron cuatro generadores eléctricos, tanques para 170 mil litros de agua contra incendios y 70 mil litros de residuos pluviales, una sala de máquinas de bomba de agua y una de bombeo cloacal, una sala con tablero general de baja tensión, otra de recursos informáticos y electrónicos y una destinada al sistema de alimentación ininterrumpida.
Además, se reconstruyó un salón de descanso y comedor con capacidad para 180 personas, con sillones, mesas, sillas, televisores de 32 y 42 pulgadas full HD, microondas y dispensers de agua fría y caliente conectados diariamente a la red de agua potable; tres baños, cinco vestuarios y una sala de capacitación para el personal. ©
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