Más de un siglo de vida que se nutre de historias de progreso, ascenso social, soledad, abandono, solidaridad.

El Parque Nicolás Avellaneda fue inaugurado el 28 de marzo de 1914 y sus leyendas también son parte de él.
Actualmente, el Parque pertenece al Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, está ubicado al suroeste de la ciudad de Buenos Aires y delimitado por la Av. Directorio, Lacarra, La calle Monte y Florentino Ameghino, en el corazón del barrio que lleva su nombre. Contiene más de 30 hectáreas con un gran patrimonio cultural, natural e histórico. Allí se encuentra la Casona de los Olivera, que fue parte de la Chacra de los Remedios.

En 1928, el espacio fue adquirido por Domingo Olivera para utilizarlo con fines agrícolas, actividad que desarrolló por casi 100 años. Esta familia transformó la propiedad en una residencia señorial. A comienzos del siglo XX, la «Chacra de los Olivera» tenía ejemplares de especies arbóreas traídas desde Europa, por esta razón la Municipalidad de Buenos Aires le ofreció a los Olivera comprar parte de sus tierras para convertirlas en un parque público. El Parque Nicolás Avellaneda es en la actualidad el segundo espacio verde público de la Ciudad, por su extensión, forestación e historia.
Entre 1960 y 1983 el predio sufrió un momento de decadencia, fragmentación y abandono, en el que se levantaron rejas sin planificación alguna y, como punto determinante del deterioro, le abrió una herida a la traza de la Autopista Perito Moreno que lo atraviesa parcialmente. A fines de los 80 comienza una etapa de recuperación, cuando se funda el CESAV (Centro de Estudios y Actividades Vecinales de Parque Avellaneda) donde los vecinos gestionan una planificación participativa en conjunto con autoridades municipales.



PARQUE AVELLANEDA

La casona

La antigua Casona de los Olivera se reforma en 1870, la construcción combina elementos característicos de distintas corrientes arquitectónicas: estilo italiano y francés. Además, cuenta con cuatro volúmenes de tres niveles articulados por un cuerpo central, desarrollados en dos niveles. Esto, refleja la arquitectura ecléctica que caracterizó el período de apogeo económico de la clase terrateniente argentina, transformándose por completo con elementos como logias, columnas, pilastras y ornamentación de la fachada.
En el interior, la base de las columnas del hall central es circular, con fuste liso y capitales ornamentados con diagramas de hojas y volutas. Las paredes hoy están pintadas de color blanco, pero en tiempos de la familia Olivera debían estar revestidas con papeles pintados. El piso veneciano data de 1890 aproximadamente, seguramente reemplazando uno de baldosas.

Espacio verde cultural y artístico

La Casona no es la única edificación de este espacio, también se encuentra el antiguo Tambo inaugurado en el año 1913 para la producción de lácteos y el acopio de granos, es actualmente la sede del Centro de Artes Escénicas. Mantiene la fachada y el estilo de la arquitectura rural inglesa. En él funcionan varias compañías teatrales y se dictan cursos.
El Natatorio, el primero de la Ciudad, data de 1925 y funcionó como tal hasta su cierre en la década del 70. Luego, el edificio fue abandonado y recién en los 90 fue recuperado y restaurado.
La naturaleza del Parque es abundante: reúne 120 especies de árboles y unas 36 de arbustos. El eucalipto y el jacarandá son las especies más representativas. También hay palomas, cotorras, carpinteros, calandria, entre otras aves comunes que habitan en el lugar.

La Casona hoy está abierta al público como un Centro de Exposiciones de Arte que ofrece varias muestras y actividades para todas las edades.

En el sector noroeste del predio hay un vivero, que fue creado en 1917 con el fin de producir árboles y flores. Actualmente, ocupa 6 hectáreas y sigue cumpliendo la misma función.
El parque se puede recorrer a pie, en bicicleta y en tren, este realiza una vuelta de 1.600 metros alrededor del parque en un recorrido que dura 15 minutos. El Expreso Alegría funcionaba los sábados, pero está parado temporalmente por encontrarse con desperfectos técnicos.



Entretenimiento para todos

El Parque Avellaneda es un espacio verde ideal para niños, jóvenes, adultos y ancianos, ya que en él se pueden practicar distintas actividades recreativas y en contacto con la naturaleza: deportes y juegos, o simplemente unos mates sentados en los bancos o el pasto.
El espacio cuenta con un patio de juegos para los más chicos y con muchos de ellos integrados para personas con capacidades diferentes.



A través de las pistas para caminatas uno puede tomarse el tiempo para pasear bajo la arboleda y apreciar distintas variedades de vegetación y aves que conforman el patrimonio natural del parque. O también pueden salir a correr por los senderos.
Además, este espacio recreativo público cuenta con varias canchas de fútbol de uso gratuito. El Parque tiene muchas actividades e historias que contar y no deja de ser un gran plan para cualquier día de la semana. ©

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