El Palacio Errázuriz – Alvear fue diseñado por el arquitecto francés René Sergent. En 1935 la propiedad fue adquirida por el Estado y dos años después se convirtió en la sede del Museo Nacional de Arte Decorativo y guardián de innumerables obras de arte.
Las fachadas del edificio, emplazado sobre Avenida del Libertador 1902, se recortan contra el cielo e invitan a atravesar el antiguo portón de hierro, exquisitamente trabajado, para dejar atrás el ritmo acelerado que palpita la Ciudad de Buenos Aires y sumergirse en la majestuosidad que el arte ofrece. El Palacio Errázuriz – Alvear aún conserva el estilo otorgado por la familia. En su interior, una vasta colección de más de 4 mil objetos de arte aguarda la llegada de los visitantes.
La familia Errázuriz – Alvear
Matías Errázuriz nació el 23 de diciembre de 1866 en Santiago de Chile y fue el menor de los hijos de Agustín Errázuriz Salas y Cornelia Ortúzar Gandarillas. Los Errázuriz, de origen vasco, eran una de las familias chilenas más influyentes de aquellos años.
Educado en el Colegio de San Ignacio, el menor de los Errázuriz ingresó muy joven en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. El 23 de abril 1897, siendo encargado de Negocios de Chile en Buenos Aires, contrajo matrimonio con Josefina de Alvear en la Catedral de Buenos Aires.
La familia Alvear tuvo una destacada actuación en el ámbito político y social desde fines del siglo XVIII. El Brigadier General Carlos María de Alvear, abuelo de Josefina, participó en las luchas por la Independencia (1816-1820); Diego de Alvear, su padre, fue anfitrión de tertulias y reuniones de gran influencia en la política argentina de finales del siglo XIX; Torcuato de Alvear, su tío, fue el primer Intendente de la Ciudad de Buenos Aires en 1880; y Marcelo T. de Alvear, su primo, fue Presidente de la República (1922-1928).
Durante varios años el matrimonio vivió en la calle Chacabuco, donde nacieron sus hijos Matías y Josefina. Entre 1906 y 1916 la familia vivió en Francia debido a las misiones diplomáticas asignadas a Errázuriz. En París conocieron al premiado arquitecto francés René Sergent, a quien le encargaron el proyecto de su mansión en Buenos Aires.
El matrimonio, interesado en el arte y las antigüedades, aprovechó su paso por Europa para adquirir una valiosa colección de obras de arte europeo y oriental que, en su mayoría, integran hoy el patrimonio del Museo Nacional de Arte Decorativo (MNAD).
Un referente de estilo neoclásico
El arquitecto francés René Sergent (1865-1927) realizó el proyecto de la residencia en 1911. Ese mismo año la Sociedad Central de Arquitectos Franceses le había otorgado la Gran Medalla de la Arquitectura Privada por las cualidades de su obra, sobria y elegante dentro de un contexto ecléctico. Su arquitectura ponía el acento en el confort y la comodidad de la distribución.
Sergent nunca visitó la Argentina. Sin embargo, además de la mansión de los Errázuriz-Alvear, realizó varios proyectos: las residencias de la familia Atucha, de los Bosch-Alvear, la mansión Unzué, el Palacio Sans Souci en San Fernando y el Hogar Luis María Saavedra. En cada una de estas construcciones el arquitecto trabajó con un selecto grupo de especialistas. Para el Palacio Errázuriz-Alvear los elegidos fueron Henri Nelson, Georges Hoentschel, André Carlhian (1887-1963), y el paisajista Achille Duchêne (1866-1947). El Palacio, construido entre 1911 y 1917, contó con la dirección de obra de los arquitectos Eduardo Lanús y Pablo Harry.
La mansión fue inaugurada el 18 de septiembre de 1918 con una gran fiesta. Durante los años que la familia residió en ella, la vivienda se convirtió en el centro de una intensa vida social.
Estilo arquitectónico
El aspecto externo del Palacio Errázuriz-Alvear, sobrio e imponente, está inspirado en el neoclasicismo del siglo XVIII, en especial en las obras de Jacques Gabriel (1698-1782). La fachada principal del edificio, sobre la Avenida del Libertador, recrea la del Ministerio de Marina –antiguo Guardamuebles Real ubicado frente a la Plaza de la Concordia en Paris-, mientras que la fachada sobre el jardín evoca el frente del Petit Trianon de Versalles.
Sergent encargó al escultor Jules-Édouard Visseaux (1854-1934) la reproducción del frontispicio -sección triangular dispuesta sobre las columnas- realizado por Michel Slodtz (1705-1764) y Guillaume Coustou (1716-1777) en el Ministerio de la Marina parisino. En el Palacio la composición del grupo alegórico fue invertida hacia la izquierda.
Al momento de diseñar el portón de acceso al Palacio, Sergent se inspiró en el del Ministerio de Justicia de París para crear esta obra de hierro y bronce de estilo Luis XVI.
El Palacio consta de cuatro niveles visibles desde el exterior: el subsuelo tiene ventanas que se abren en el basamento; la planta principal se comunica con el jardín francés -trazado por el paisajista Achille Duchêne (1866-1947)- y la terraza a través de puertas en arco de medio punto, sobre las cuales se abren las ventanas que corresponden a los departamentos privados; en el último nivel, detrás de la balaustrada, se ven las lucarnas de ventilación de las áreas de servicio que ocupan la mansarda.
Todos los materiales, salvo la mampostería gruesa, fueron traídos de Europa. Los revestimientos de madera, espejos, mármoles, carpinterías, fallebas y molduras llegaron listos para su directa colocación. Para algunas tareas específicas, como la realización de estucos, vinieron artesanos europeos.
Después del fallecimiento de Josefina de Alvear en 1935, Matías Errázuriz y sus hijos ofrecieron al Estado la posibilidad de comprar la casa junto con la colección de arte, con la condición de que se destinara a crear un nuevo museo.
El MNAD, creado por la Ley 12351, fue inaugurado el 18 de diciembre de 1937. A su patrimonio inicial se incorporaron adquisiciones y donaciones realizadas por distintas personas e instituciones. Desde 1964 la Asociación Amigos del MNAD, una entidad sin fines de lucro, contribuye a conservar e incrementar el patrimonio del Museo.
El inventario actual supera los 4 mil objetos, desde esculturas romanas hasta creaciones artesanales de platería contemporánea. Se destaca el conjunto de miniaturas europeas de los siglos XVI al XX -el más importante de su tipo en América- formado por dos donaciones: la de la condesa Rosario Schiffner de Zubov, ofrecida a fin de los ‘70 en memoria de su hija Tatiana, y la de Vittorio Asinari di Bernezzo que se sumó en 2000.
La Asociación Amigos desarrolla un activo programa de restauración de muebles, cuadros y objetos del patrimonio, adquisición de nuevas obras, mantenimiento y mejoras del edificio y su jardín, sus instalaciones y edición de catálogos.
El Palacio fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional el 16 de Mayo de 1997.
El arquitecto francés René Sergent, que nunca llegó a visitar la Argentina,
realizó el proyecto de la residencia en 1911. Su arquitectura ponía el acento en el confort y la comodidad de la distribución.
Los salones
Los salones de la planta principal, destinados a las recepciones, fueron decorados en diversos estilos franceses de los siglos XVII y XVIII, a excepción del Gran Hall, que recrea los grandes salones de la época de la dinastía Tudor, de la Inglaterra del siglo XVI. La preferencia por la decoración francesa en los estilos Luis XV, Luis XVI, Directorio e Imperio se deja ver en los departamentos privados del primer piso, a excepción de la sala Art Déco decorada por el artista catalán José María Sert.
La elección de los diferentes estilos de siglos anteriores se contrapone con la incorporación de modernos recursos técnicos: ascensor de familia y de servicio; montaplatos; calefacción alimentada por un sistema de cinco calderas de carbón ubicadas en el subsuelo que difundía aire caliente por las rejillas de bronce; sistema centralizado de limpieza, ubicado en el subsuelo y conectado con cañerías con bocas de succión en las que se insertaban las mangueras aspiradoras en cada piso; sistema sanitario de desagües con sifones; cocina en el piso superior para evitar que los aromas de la comida invadieran los salones; y amplio garaje con fosa para realizar reparaciones.
Escritorio Luis XVI
El escritorio, contiguo al acceso, se abre en el lateral izquierdo de la antecámara de la planta principal y es independiente del resto de las habitaciones. Su decoración, proyectada por Carlhian, respeta los lineamientos del estilo Luis XVI.
Las paredes del escritorio, ochavadas en el paramento del fondo, están revestidas con “boiserie” de roble; los paños superiores están tapizados en terciopelo rojo rubí liso; los cortinados y nicho de biblioteca son de damasco al tono; y la pasamanería es de seda trenzada.
Esta sala fue el escritorio privado de don Matías Errázuriz. En este espacio, que él describió en sus memorias como “refugio de los días de soledad”, leía, escribía, atendía sus asuntos y recibía la visita de sus amigos. Allí, los dueños de casa atesoraron una importante colección de libros, así como obras europeas y orientales de valor histórico y artístico.
Disimulada por el revestimiento, puede verse la puerta bajo el entelado, que permitía acceder al toilette y al ascensor sin pasar por la antecámara de acceso. “Al abrir la puerta que conduce al escritorio, independiente del resto de la casa, me demoro un instante”, escribió Errázuriz.
Sus memorias dan cuenta de la importancia que esta habitación tuvo para su propietario: “Guarda, sobre un viejo terciopelo (…) el retrato de mi mujer, en el que Boldini puso toda la admiración y el afecto que le profesaba. Le acompañan y rodean los libros dilectos y objetos privilegiados que han sido testigos de horas serenas o amargas, de desconsuelo o de esperanza”.
El inventario actual supera los 4 mil objetos, desde esculturas romanas hasta creaciones artesanales de platería contemporánea.
Dormitorio Luso-Brasileño
La ambientación del dormitorio, el baño y la antecámara fue ideada por André Carlhian y don Matías Errázuriz. Los muebles del dormitorio -correspondientes a la época del rey Don José I de Portugal (1750-1777)- fueron realizados durante la segunda mitad del siglo XVIII. Esta versión portuguesa del rococó francés se complementa estilísticamente con el diseño arquitectónico de Luis XV de la “boiserie” de roble lustrado.
El motivo ornamental de conchas de mar se repite en distintos elementos, como el “trumeau” de la chimenea, los herrajes y las sillas.
En 1940 la decoración inicial del cuarto fue totalmente modificada. Los muros fueron pintados de color marfil y el moblaje fue retirado. Durante décadas el espacio fue utilizado sucesivamente como oficina del Museo y despacho de Dirección.
Con motivo del Bicentenario de la Revolución de Mayo, la fisonomía inicial de la habitación fue restituida en base a registros documentales precisos, como los inventarios fundacionales del museo y los planos de la arquitectura interior dibujados por Carlhian. ©
Ubicación
Av. del Libertador 1902
Ciudad de Buenos Aires
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Contacto
4801-8248 / 4806-8306
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Inauguración
18 de diciembre de 1937
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