El Museo Marítimo de Ushuaia es una visita imperdible si se quiere revivir la historia de Tierra del Fuego, y descubrir cómo fue la vida en este archipiélago.

El Museo Marítimo de Ushuaia ilustra la historia marítima de la región, desde el descubrimiento de Magallanes, la vida y costumbres del pueblo Yagán, hasta las leyendas de los buscadores de oro, los foqueros, la vida en las estancias patagónicas y de los pioneros.
Un Museo vivo con historias de los naufragios en el Cabo de Hornos, la Isla de los Estados, el Faro del Fin del Mundo, la Canoa Yamana, la Antártida y sus exploradores, fauna, buscadores de oro, los yaganes y las expediciones e investigaciones en desarrollo. Todo esto dentro de un edificio muy significativo que es el Ex Presidio de Ushuaia o Cárcel de reincidentes de Tierra del Fuego.
Desde la perspectiva marítima toca todo lo referente a la historia de Tierra del Fuego, desde el especial punto de vista del hombre de mar dado que la isla de Tierra del Fuego y el archipiélago que la rodea, además de las Islas Malvinas, las Islas Georgias y la Antártida están ligadas al mar en todos los conceptos.
El Museo Marítimo se divide en tres grandes ejes de recorrido: el Museo del Presidio, Museo Antártico, y el Museo de Arte Marino.



Museo del Presidio de Ushuaia

El 15 de Septiembre de 1902 se coloca la piedra basal del “Presidio” de Ushuaia, junto a un pergamino con detalles de la inauguración y los asistentes.
Ese mismo año, comenzó la construcción del “Presidio Nacional”, dirigido por el Ing. Catello Muratgia y realizada por los mismos penados. Se utilizó piedra, argamasa, madera y chapas para los techos. Primero se alisaron los terrenos donde ya estaban la vieja cárcel inaugurada en 1896, al lado la cárcel de Mujeres. Los menores hasta ser reclamados por padres o tutores los alojaban en la Alcaldía. La construcción del edificio finalizó en 1920.

Atravesar las puertas del Pabellón histórico, que se conserva tal cual, es dar un paso atrás en el tiempo.

Este eje invita a caminar por los pasillos estrechos, asomarse a las celdas para imaginar cómo habría sido la vida en la cárcel. Asombrarte con pinturas y muebles realizados por los presos, los moldes para la fabricación de las baldosas de la prisión, cartas que escribieron a sus familiares, grilletes originales que usaban al salir a trabajar.

Atravesar las puertas del Pabellón histórico, que se conserva tal cual, es dar un paso atrás en el tiempo.
Los condenados más peligrosos del país perdían su nombre por un número. Algunos alcanzaron gran notoriedad como el múltiple homicida Mateo Banks al que llamaban “el místico” o Cayetano Santos Godino tristemente conocido como “el petiso orejudo” y el anarquista Simón Radowitsky.
Puertas adentro, se imponía una severa disciplina. Los que tenían buen comportamiento realizaban trabajos fuera del edificio como la explotación forestal en los bosques al que llegaban en el tren desde el centro de la ciudad. A través de los talleres, los presos cubrieron todas las necesidades de la incipiente ciudad. Construyeron las calles, los puentes y edificios públicos y en el presidio funcionó la primera imprenta, el teléfono, la electricidad, entre otros servicios esenciales.
En marzo de 1947, siendo ya el Territorio Nacional una Gobernación Marítima, con un decreto del presidente de la Nación, Juan Domingo Perón dispuso la clausura de la cárcel y pasó a manos del Ministerio de Marina creándose la Base Naval de Ushuaia.
Las instalaciones fueron transferidas al Ministerio de Marina y en ellas se instaló la Base Naval en 1950. El edificio fue usado con distintos fines hasta 1978 donde el Hall Central era el Polvorín de la Base. Fue alojamiento de conscriptos, personal de las lanchas rápidas, depósito de víveres, armeros, etc. Luego quedó en desuso.


Museo Antártico Ushuaia

Bautizado Dr. José María Sobral en homenaje al primer marino y científico argentino que invernó en el continente austral posee una gran colección de modelos de barcos de Expediciones Antárticas, considerada por la guía Lonely Planet “Quizá la mejor colección de maquetas navales antárticas del mundo” se exhibe en distintas partes del museo. Entre las docenas de ejemplos están el Fram de Amundsen; el Discovery de Scott; el Endurance de Shackleton; el Bélgica de De Gerlache; el Antarctic de Nordenskjöld; el Uruguay de Argentina (que rescató a Nordenskjöld en 1903 y también relevó a Bruce en 1904); y el rompehielos argentino Almirante Irízar (el barco que regularmente lleva provisiones a Ushuaia).

Los condenados más peligrosos del país perdían su nombre por un número.  Algunos alcanzaron gran notoriedad.

El Museo Antártico, se ubica en la planta alta del Pabellón IV, del Ex Presidio de Ushuaia. Cuenta con 19 salas con el más rico acervo de materiales históricos y biológicos antárticos conservados. Utensilios usados por las primeras expediciones polares, una reproducción de la choza del Doctor Andersson montada con los elementos originales que usaron los tres hombres que se vieron obligados a invernar en el año 1903 en bahía Esperanza, rescatados con técnicas arqueológicas de las ruinas de la choza a la que nos hemos referido más arriba: artefactos de la expedición sueca del Doctor Nordenskjöld (1901-1903), historia de la actividad ballenera, fotografías y material bibliográfico de la expedición belga de Adrien de Gerlache (1898-1899), una reproducción con los elementos originales de la antigua estación de radio de la base científica Brown, historias de pioneros antárticos como Gustavo Giró, Jorge E. Leal, que dirigió la primera expedición argentina al Polo Sur y Hernán Pujato, fundador del Instituto Antártico Argentino en el año 1951, maquetas de las naves de la Armada Argentina y los aviones que participaron en la exploración del continente desde principios de siglo pasado y de la primera estación para estudios de alta atmósfera que funcionó en la estación Belgrano I desde 1954.
La muestra se completa con una colección de fósiles y ejemplares de la avifauna taxidermizados.


El Museo Antártico cuenta con 19 salas con el más rico acervo de materiales históricos y biológicos antárticos conservados.

Museo de Arte Marino

La colección intenta dar una visión del desarrollo del arte marino en Argentina, desde 1889 a la actualidad. Entre sus destacados podrás disfrutar de Quinquela, Berni, Koek Koek, Lynch, De Martino y más.
La colección tuvo su origen hacia 1975, con la compra de las dos primeras obras: un aguafuerte de Quinquela Martín y un óleo de Osvaldo Imperiale. Desde ese entonces hasta el año 2000, en el que la creación del Museo se convirtió en un objetivo, la colección fue creciendo en base a una selección sobre ternas referidos a la náutica y la etnografía marítima, incorporando obras muy significativas del Arte Marino Argentino, a través de nuevas adquisiciones y donaciones.
La creación de este museo significa un gran aporte a la cultura de la ciudad de Ushuaia en particular, y de Tierra del Fuego en general, que es la única provincia del país que aún no cuenta con un Museo de Bellas Artes propio que abarque la totalidad del Arte Argentino, y en tal sentido se espera que esta colección sirva de base para tal propósito.
El Museo Marítimo de Ushuaia es una visita imperdible si se quiere revivir la historia de Tierra del Fuego, y descubrir cómo fue la vida en este archipiélago.
Los pueblos originarios, los marinos europeos y sus expediciones, las historias de misioneros, estancieros, buscadores de oro, contrabandistas, cazadores de lobos marinos, exploradores, presos y confinados políticos, las primeras expediciones antárticas, obras de arte clásicas y modernas y más. ©

TXT: Grupo Editorial Metro I FOTOS: GEM

Leave A Reply