Bariloche es, sin duda, uno de los destinos más soñados de los argentinos y de los turistas extranjeros. Su paisaje montañoso en combinación con sus lagos y naturaleza lo transforman en un lugar para visitar tanto en invierno como en verano u otras estaciones del año.
El corazón de la Patagonia Argentina es la ciudad de San Carlos de Bariloche, ubicada en el Parque Nacional Nahuel Huapi, formada de montañas, vegetación y aguas celestes que deleitan a todos los turistas que la eligen como destino. Perfecta para amantes del esquí, el trekking, la pesca, el ciclismo y la naturaleza salvaje. Las provincias de Río Negro y Neuquén, unidas por lagos, se presentan con más de un pueblo o ciudad de montaña para conocer.
El viajero puede llegar a Bariloche en auto, en avión o en micro y cada trayecto tendrá su atractivo particular. Por eso, es un lugar que se adapta al bolsillo de más de un tipo de economía y que permite que las vacaciones puedan desenvolverse de la manera que el visitante prefiera.
Si se busca la mejor época para visitar esta ciudad no la hay, ya que es durante todo el año. En verano sus campos resplandecen con un verde fuerte permitiendo senderismo y la exploración de la naturaleza, y en invierno las estaciones de esquí hacen su agosto.
Quien visite Bariloche podrá comenzar su viaje conociendo la ciudad que cuenta con el centro cívico y con gran variedad de bares, cervecerías, restaurantes y chocolaterías, para deleitarse el paladar con la gastronomía del lugar o simplemente para probar los mejores chocolates del país. Luego, un lugar imperdible de esta bellísima ciudad son sus playas (especialmente en verano) ubicadas frente al Lago Nahuel Huapi, son varios kilómetros donde muchos turistas deciden pasar el tiempo o también alojarse frente al lago.
La playa más famosa y visitada es Playa Bonita, un balneario que cuenta con bares, cabañas y una rocosa playa de aguas transparentes y frías. Es especial para aquellos que viajan con niños o adultos mayores, ya que este lugar es tranquilo y no requiere de esfuerzo físico para disfrutarlo.
Un imperdible de Bariloche es el Circuito Chico, famoso por su paisaje y por las actividades que se pueden hacer en él. Este paseo consta de conocer los alrededores de Bariloche, bordeando el Lago Nahuel Huapi y el Moreno.
Uno de los clásicos e imperdibles de Bariloche es el Circuito Chico, famoso por su paisaje y por las actividades que se pueden hacer en él. Este paseo consta de conocer los alrededores de Bariloche, bordeando el Lago Nahuel Huapi y el Moreno. Se puede iniciar el tour en el Cerro Campanario, que se encuentra antes del comienzo del circuito, y al cual se puede subir caminando o por aerosillas, una vez arriba el viajero podrá disfrutar de una increíble vista panorámica (a las que muchos las califican como las más lindas de la región).
El viajero podrá comenzar el recorrido del Circuito Chico en la zona en la que se halla el Hotel Llao-Llao y muy cerca de la Capilla San Eduardo y el Puerto Pañuelo. Esta zona de la ciudad, se la puede realizar caminando, en bicicleta, en auto o abonando una excursión (cabe destacar que los colectivos llegan sólo hasta el Puerto y no ingresan al Circuito Chico).
El circuito comienza en la Villa Llao-Llao, con grandes atractivos como: el Hotel Llao-Llao, el Parque Municipal Llao-Llao, donde se pueden realizar caminatas en el bosque. Justo frente a este paisaje, se encuentra el Puerto Pañuelo. Siguiendo con el recorrido, el circuito se interna en la península y en el km 30 nace un camino que conduce a Villa Tacul, sobre la bahía Llao-Llao, donde las montañas enmarcan el lago y la playa de arena volcánica permite que los visitantes puedan descansar un rato y seguir camino.
Rumbo al Lago Escondido, se puede visitar la casa de Información Turística, para ver todas las atracciones que hay en el sendero y no perderse de ninguna. Ya dejando atrás la península, en el km 33, el camino cruza el puente del arroyo Angostura. Desde este lugar parte un desvío que permite continuar hacia la zona de Bahía López, donde se imponen los paredones rocosos de los cerros López y Capilla.
Prosiguiendo por el Circuito Chico, al arribar al km 40, el viajero se encontrará con otro punto panorámico, a 945 m.s.n.m, con una excelente vista del lago Moreno. Allí, se puede desviar hacia la izquierda y conocer Colonia Suiza, donde se visitan chacras, campings y restaurantes típicos de la zona.
Uno de los mayores atractivos que tiene Bariloche, tanto en invierno como en verano, son sus cerros: Otto y Catedral. Anualmente reciben a más de 100.000 turistas de todo el mundo, quienes vienen a esquiar y a disfrutar de deportes extremos.
El cerro Catedral se llama así porque sus cumbres se parecen a las torres de un templo medieval, está a 1.030 metros de altura y es el centro de esquí más importante de Argentina y queda a 20 km de San Carlos de Bariloche. Mientras que el cerro Otto, se puede practicar esquí nórdico o de fondo y también es conocido como cross country. Si el viajero no practica ninguno de estos deportes, igual puede subir para pasear por los andariveles donde verá toda la ciudad desde las alturas.
Otro recorrido opcional, pero no menos hermoso, es conocer el cerro Tronador a sólo 90 km de la ciudad con 3.478 metros de altura, se llega a él por la ruta 258, habiendo bordeado el lago Mascardi y Gutiérrez. Tras recorrer su margen, hay un desvío que conduce al puente del río Manso y a la Cascada los Alerces.
La frondosa vegetación se extiende al costado del camino, acompañada por el lago Mascardi. Hay paradas panorámicas para divisar el paisaje completo y sacar fotografías, incluso también es un lugar que esconde muchas leyendas de los pueblos originarios y que si el viajero decide hacer esta excursión con un guía, podrá conocer un poco más de la historia patagónica.
El cerro Tronador posee un total de siete glaciares los cuales se encuentran actualmente en remisión a causa del calentamiento global. El ascenso al cerro se realiza desde un sector denominado Pampa Linda, donde se ve una primera vista de la montaña, y siguiendo se llega al último mirador del recorrido, el Veintisquero Negro, un glaciar que desciende desde el Tronador y que se destaca por su color oscuro.
Otra opción para los turistas en esta zona de la Patagonia es navegar el lago Nahuel Huapi desde el Puerto Pañuelo. Allí, sale barcos que realizan dos tipos de excursiones: una de visita al Bosque de Arrayanes y la Isla Victoria; y otra, de visita al Puerto Blest y Cascada de los Cantaros. Ambas navegaciones son especiales para conocer la línea limítrofe entre las provincias de Neuquén y Río Negro, visualizando todo el paisaje que circunda el mítico lago.
La navegación al Bosque de Arrayanes e Isla Victoria se puede hacer en un barco antiguo llamado Modesta Victoria. En el momento en que el viajero comience la navegación ya estará dentro del conocimiento de las maravillas de la historia de la ciudad de San Carlos de Bariloche. El barco fue utilizado por famosos, políticos y hasta personas de la nobleza. La primera parada, es la visita al Bosque de Arrayanes, sumido en arboles altísimos y antiquísimos y donde se percibe una gran energía natural. Luego, el viajero bajará en la Isla Victoria y podrá conocer sus playas e historia.
El visitante puede optar también por hacer el viaje a Puerto Blest y Cascada de los Cantaros, con una primera parada en el segundo, haciendo un ascenso por escaleras de maderas hasta llegar a la cascada y luego conocer el Lago Cantaros que refleja los cerros de su alrededor por tener aguas completamente azules oscuras. Después se cruza en la embarcación al Puerto Blest que es la conexión con Chile, en él no sólo se podrá disfrutar del paisaje, sino también conocer la historia del Hotel lujoso que se encuentra en este brazo del puerto y sorprende a más de un espectador. El turista puede, una vez en este puerto, optar por realizar la excursión al Lago Frías, ubicado a 3 km.
Bariloche no es sólo turismo aventura y paisaje, sino que también se puede disfrutar de su gastronomía, sus cervecerías típicas y de diversión. La ciudad es reconocida por varias fábricas de cerveza como Berlina o Patagonia, las cuales cuentan con bares con vistas al lago inmejorables y con sedes en el Centro Cívico. Para los amantes del turismo gastronómico, los platos típicos de la zona son el ciervo, el cordero o la trucha, así que los viajeros que pasen por el corazón de la Patagonia no pueden irse sin haberlos probado. ©
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