Llegó el momento de salir a la ruta para descubrir lugares, ciudades y pueblos ubicados en la cercanía de la Capital Federal. Hoy preparamos el mate y salimos hacia el sur, las rutas 210 y 29 nos llevan hasta Brandsen, Ranchos y General Belgrano, tres hermosas ciudades para disfrutar de la naturaleza .
La estación de Ferrari
Recorrer Brandsen es rememorar los paseos en sulky, las cabalgatas por senderos de frescura natural, visitas a huertas orgánicas, y recetas caseras que hacen agua la boca.
El nacimiento de esta ciudad es consecuencia de la instalación de la Estación del Ferrocarril del Sud en 1865, llamada en ese entonces Estación Ferrari, a partir de la cual se conformó el primer núcleo poblacional conocido como pueblito Ferrari, hasta que recibió la denominación de Brandsen, héroe militar de las luchas por la Independencia Nacional, por sugerencia de quien fue considerado fundador y tuvo el cargo de primer Juez de Paz del territorio, Don Ferrari.
Establecimientos que fueron levantados inicialmente para la producción agropecuaria, y que día a día incorporan a sus tareas habituales actividades orientadas a la satisfacción del turista, configuran la propuesta de Brandsen. Entre ellas se cuentan espectáculos folclóricos, paseos en carruajes o en tractor, cabalgatas, campamentos, bicicleteadas y muchas otras.
La Plaza Brandsen es la principal de la localidad, en la cual tienen sede las principales fiestas y actividades. Contiene el Monumento al Coronel Federico Brandsen. Este héroe al cual el fundador eligió homenajear dándole su nombre el partido, fue un gran combatiente en la lucha de la Independencia y la batalla de Ituzaingó, en la cual murió el 20 de febrero de 1817.
Las instalaciones de la estación de trenes, que data del año 1865, aún se encuentran muy bien conservadas, ostentando incluso su cartelería original. Fue declarada Patrimonio Histórico debido a su valor ambiental e identidad histórica.
La ciudad toma su nombre del Coronel Federico Brandsen, quien luchó por la Independencia y murió en 1817 en la batalla de Ituzaingó.
Quienes quieran conocer un poco más a fondo la historia de Ferrari, pueden acercarse hasta la Estancia El Chañar. Este fue lugar de residencia de Don Pedro Ferrari, su esposa y sus diez hijos. Esta ciudad capaz de unir historia, naturaleza, gastronomía y paisaje, seduce al visitante a experimentar una escapada placentera al ajetreo citadino, descubrir la costumbre campestre, y deleitarse con la apacibilidad reinante sin alejarse de las comodidades y servicios del gran Buenos Aires.
De Ranchos y fortines
Cabecera del partido bonaerense de General Paz, la localidad de Ranchos se alza sobre la Ruta provincial 29, a 112 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Esta pequeña ciudad de 8 mil habitantes, que debe su nombre a las construcciones típicas de época colonial, ofrece diversas actividades para todos los gustos.
Si lo que se busca es conectarse con la naturaleza, la decisión correcta es acercarse hasta la laguna de la ciudad, dueña de un paisaje capaz de despertar suspiros en sus visitantes. Los intrépidos también encontrarán muchas opciones allí, como la práctica de deportes náuticos y pesca deportiva.
Ranchos posee una arquitectura urbana de construcciones bajas y gran cantidad de casonas antiguas. Las calles principales la ciudad permiten embarcarse en un viaje por la historia local, en un recorrido que tiene dos paradas obligatorias: el Museo Histórico Marta Inés Martínez, que cuenta con siete salas de exposición donde se exhibe material relacionado con los orígenes de la población, y el Fuerte de Ranchos.
El Fuerte de Ranchos fue un puesto fortificado construido en 1781 que integró la línea de defensa del territorio de Buenos Aires en su frontera con el indio. Reconstruido en 1967, hoy el sitio es el escenario del Festival de los Fortines.
La visita a la Iglesia Nuestra Señora del Pilar, construida en 1863, también es parte del sendero histórico cultural de la ciudad. En el interior del templo aún se conserva la imagen de la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad, traída desde Zaragoza por los primeros inmigrantes que llegaron de España.
El Fuerte de Ranchos fue un puesto fortificado construido en 1781 que integró
la línea de defensa en la frontera con el indio.
Para quienes llegan a Ranchos en busca de un descanso placentero, un plan ideal es almorzar en alguno de los restaurantes locales -la oferta gastronómica del pueblo es muy abundante, recorrer el pueblo para descubrir el encanto de sus calles, hospedarse en un cómodo hotel y, al día siguiente, disfrutar de las actividades en la laguna o simplemente relajarse al borde de este espejo de agua para contemplar el paisaje y llenarse los pulmones de aire puro.
Un lugar encantado
Ubicada a tan sólo 160 kilómetros de la Ciudad AUtónoma de Buenos Aires y a 20 de la ciudad de La Plata, General Belgrano despliega una variada oferta turística, capaz de satisfacer todos los gustos. La ciudad es la única de la provincia de Buenos Aires que recuesta su estructura urbana sobre el margen derecho del Río Salado.
Sus calles de veredas anchas albergan una amplia oferta de alojamiento, que incluye hoteles, posadas y cabañas, y diferentes opciones gastronómicas, que combinan sabores exquisitos y el encanto de edificios antiguos convertidos en restaurantes temáticos, pubs y cafés.
A un kilómetro del centro de la ciudad se encuentra la zona costera y balnearia sobre el Río Salado. Una frondosa arboleda invita a hacer un alto, ya sea para armar la carpa, preparar un asado o tomar unos mates en pleno contacto con la naturaleza. Su margen brinda amplias posibilidades recreativas, como la práctica de pesca deportiva, paseos en canoas, kayak o hidropedal. También es posible adentrarse con moto de agua o simplemente realizar actividades trekking, ciclismo o cabalgatas sobre la margen del río.
La ciudad de General Belgrano es la única de la provincia de Buenos Aires
que recuesta su estructura urbana sobre el margen derecho del Río Salado.
A sólo 13 kilómetros del casco urbano, se alza el Paraje Colonia El Salado en un predio de 111 hectáreas. Allí se ubica la Capilla San Isidro Labrador; un Club rural; un colegio primario y otro agropecuario; y la reserva natural “Bosque Encantado”. En esta última se encuentra el Museo de las Estancias, un espacio majestuoso que invita a descubrir la magia del viejo parque de la ex estancia “Santa Narcisa” y la antigua casona, hoy remodelada. En esta reserva natural es posible identificar más de 88 especies de vegetales, en mayoría traídas desde Europa, y más de 30 especies de aves.
El parque termal “Termas del Salado” cuenta con aguas hidrotermales -minero-medicinales- saladas que surgen de una perforación de 965 metros de profundidad, a una temperatura en boca de pozo de 41°C. Su temperatura y su alto contenido en diferentes sales las vuelven ideales para su aplicación en hidroterapia y termalismo. ©
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