Salimos a la ruta para descubrir ciudades y pueblos ubicados en la cercanía de la Capital Federal. Hoy preparamos el mate y salimos hacia el norte, la ruta 9 nos llevan hasta Campana, San Pedro y la vuelta por la ruta 41 nos conduce a San Antonio de Areco. Descubrilas con nosotros.
Campana de largada
La ciudad bonaerense de Campana, cabecera del partido homónimo, se encuentra a 75 km de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el límite del Gran Buenos Aires. Conocida como la “cuna del primer automóvil argentino” y ubicada a orillas del río Paraná de las Palmas, en la intersección de la Ruta Nacional 9 y la Ruta Provincial 6, es uno de los destinos favoritos que eligen algunos para escapar de la capital los fines de semana.
Al caminar por el centro comienzan a aparecer importantes atractivos turísticos, que enriquecen a la ciudad por su impronta histórica, cultural y recursos naturales. Un ejemplo de ello es el recorrido que se puede hacer a pie donde se encuentra la Plaza Eduardo Costa, el Palacio Municipal y la Catedral Santa Florentina (distinguida por su diseño y por contener en ella un altar, obra original del artista Raúl Soldi).
Otros interesantes valores históricos del pueblo son la Estación Ferroviaria, el Barrio Inglés y la Aduana, muy concurridos por los visitantes ya que en ellos se encuentran el Museo Ferroviario y el Museo del Automóvil, donde reposa el “Primer Automóvil” fabricado en la Argentina, valor emblemático de esta ciudad.
El 1º de diciembre de 2007, que coincidió con los 100 años de la construcción del automóvil, fue inaugurado el nuevo museo.
Las aguas del río Paraná también son protagonistas en el turismo de Campana, puesto que hay opciones para poder recorrer con lanchas el circuito fluvial que comienza en las costas del Paraná de las Palmas hasta Zárate-Brazo Largo.
Siete kilómetros antes de llegar a Campana, se puede ingresar a la localidad de Otamendi y, después de recorrer un tramo más, se encuentra la entrada a la Reserva Natural Otamendi.
El protagonista principal de la ciudad es el “Primer Automóvil Argentino”, propiedad de la Municipalidad de Campana, esta joya de la historia de nuestro país fue creada por un habitante de Campana, Manuel Iglesias.
Uno de los lugares favoritos es la pulpería “La Federal”, que se encuentra entre las calles Cabrera y Colón. Esta esquina, pintada de rosa, con rejas, cuadros de San Martín y Juan Manuel de Rosas, artilugios antiguos, transporta al visitante a las épocas en que el gaucho charlaba en la puerta de este célebre lugar. Imperdible para los amantes del buen vino, la cerveza y el queso de campo.
Una vuelta obligada
Esta ciudad es una opción de fin de semana para aquellos que no se fueron de vacaciones. San Pedro se encuentra a 164 km de Buenos Aires y a 140 km de Rosario, a orillas del río Paraná invita a los turistas a disfrutar de diferentes actividades y paseos.
Recorrer las amplias calles del casco histórico, a pie o en bicicleta, disfrutar de las barrancas en sus tardes de sol, acampar en algunos de sus campings en verano o navegar las aguas del rio Paraná son algunas de las actividades que se pueden realizar.
El perfume de sus tilos, jazmines y naranjos, enamora los visitantes que mientras recorren el centro de la ciudad pueden ver una gran variedad de locales comerciales y casas de estilo colonial.
Carros costaneros, restaurantes a la orilla del río, asadores criollos, pescados de río y delicias artesanales, también son placeres que se pueden encontrar en esta ciudad. Por eso, es visitada tanto en verano como en invierno.
El río es uno de los grandes atractivos ya que es ideal para paseos en lancha, excursiones y hasta la visita, que muchos no conocen, del buque-museo ARA Comandante General Irigoyen, que participó de la segunda Guerra Mundial.
Los viejos túneles son una revisión de los tres hitos más importantes de sus orígenes industriales: la Alcoholera “La Estrella”, Ferrocarriles y Elevadores Depietri y el Puerto.
Otro lugar para conocer es el Museo Paleontológico, con una gran colección de fósiles encontrados en la zona y una ambientación perfecta para que los más chicos aprendan sobre el mundo prehistórico.
La historia argentina también forma parte de los recorridos que se pueden hacer en este partido bonaerense. A 19 km de San Pedro, se accede a la localidad de Vuelta de Obligado, lugar que recuerda a la “Batalla de la Vuelta de Obligado”, declarado lugar histórico por Decreto Nacional, el 21 de marzo de 1942.
En esta localidad se puede visitar el Monumento a la Batalla de la Vuelta de Obligado ocurrida en noviembre de 1845, que fue inaugurado el 20 de noviembre de 2010 en el marco de los festejos del Bicentenario del nacimiento de la patria. El monumento consta de una escultura que simula una gran valla circular de eslabones de cadena iluminada por una llama votiva que en su base se rodea de una estrella federal roja.
Este monumento se ubica en la Reserva Natural en la Vuelta de Obligado que administra el municipio de San Pedro. Es una opción imperdible para el visitante ya que puede disfrutar de la combinación de naturaleza e historia.
Alma gaucha
Es uno de los pueblos más antiguos del país. Los pagos de Ricardo Güiraldes y su Segundo Sombra nacieron por una promesa hecha a un santo. Hoy es considerado el santuario de las tradiciones gauchescas.
A principios del siglo XVIII existía, entre los primeros pobladores del interior de Buenos Aires, la costumbre de levantar una capilla en honor a San Antonio si se salvaban del ataque los malones que arrasaban cada tanto. Así fue que el terrateniente Ruiz de Arellano construyó en 1714, un pequeño oratorio en su Estancia del Río Areco, que luego se transformaría en una capilla que puso bajo la advocación de San Antonio de Padua, alrededor de la cual comienza a formarse un pequeño poblado que con los años fue conocido como los pagos de Areco, por el río que lo atraviesa.
La tradición es una cuestión ineludible, que viene desde el tiempo de los Ruiz de Arellano. Uno de sus descendientes fundó la estancia La Porteña, que cumpliría un papel importante en el perfil del pueblo. En ella vivió Ricardo Güiraldes desde 1912, y el capataz de esa estancia era un ignoto gaucho llamado Segundo Ramírez, con el tiempo sería inmortalizado como Don Segundo Sombra.
El “Puente viejo” es la postal clásica de Areco. Fue construido en 1858 y todavía se encuentra en pie sobre el río Areco. Se levantó con el aporte privado de los vecinos que durante cincuenta años cobraron peaje para recuperar el costo inicial. Cuando se construyó el nuevo puente río abajo, al anterior se lo comenzó a llamar Puente Viejo. En 1936 se construyó un tercer puente.
La tradición criolla está siempre presente. No es raro ver pasar gauchos a caballo y algún sulky llevando turistas a un paseo rural.
Del otro lado del puente, se extiende el Parque Criollo Ricardo Güiraldes, un predio de 90 hectáreas en el cual se encuentra el Museo Gauchesco con el mismo nombre, y la pulpería
La Blanqueada, un edificio de ciento cincuenta años construido con ladrillos de media cal asentados en barro. De ella parte y hacia ella vuelven Don Segundo y Fabio, en la novela.
Otros sitios que merecen ser visitados son la Estación del Ferrocarril, que funcionó desde 1878 hasta que se levantó el servicio de trenes; la antigua Casa Municipal, donde hoy funciona el Consejo Deliberante; la nueva Casa Municipal, una señorial residencia que perteneció hasta 1966 a la familia Laplacette, y por supuesto, la Iglesia Parroquial, germen del pueblo de Areco.
El pueblo tiene una arraigada cultura artesanal en la que sobresalen más de cien plateros, sogueros, ceramistas y talabarteros. La tradición también está presente en la gastronomía. Muchos de sus bares y restaurantes alguna vez fueron pulperías. En esa hora en que el sol empieza a caer, es un verdadero placer cerrar la tarde en cualquiera de ellos, imaginando que en cualquier momento Don Segundo Sombra puede entrar a despuntar el vicio. ©
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